El antecesor de Garamendi, Jesús Terciado tuvo que renunciar después de ser acusado de cobrar 300.000 euros por servicios prestados a la organización empresarial
Antonio Garamendi, presidente de la CEOE, recibió su salario como autónomo en Cepyme y posteriormente en CEOE, la misma estrategia que le costó el cargo a su predecesor Jesús Terciado.
El pasado de Garamendi en Cepyme
Antonio Garamendi, el presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), cobró como autónomo cuando era presidente de la patronal Cepyme, utilizando la misma fórmula que su antecesor, Jesús Terciado. Terciado tuvo que renunciar en noviembre de 2014, después de ser acusado de cobrar 300.000 euros en dos años a través de sociedades bajo su control por servicios prestados a la organización empresarial. Antonio Garamendi también empleó esta práctica durante su tiempo como máximo responsable de las pymes, a pesar de la imputación judicial.
Caso de Jesús Terciado
En 2014, Terciado fue denunciado ante la Audiencia Provincial de Madrid por tres miembros de su junta directiva, quienes alegaban que había cobrado como autónomo 313.000 euros entre 2011 y 2012 a través de sus sociedades, Ingasert y Tecrucyl. A pesar de ser acusado de falsedad documental, estafa y apropiación indebida, Terciado fue absuelto en 2017, aunque no pudo recuperar su puesto en Cepyme.
Garamendi como presidente de CEOE
Antonio Garamendi aplicó la misma metodología que Terciado para recibir su salario como presidente de CEOE entre 2019 y 2022, años en los que cobró unos 350.000 euros anuales brutos mediante facturas emitidas como autónomo. Sin embargo, hay un agravante en su caso, ya que facturó a través de sociedades a su nombre pero sin actividad empresarial, lo que podría constituir una situación de falso autónomo.
Posibles irregularidades y consecuencias
Según expertos laboralistas consultados por LA RAZÓN, Garamendi podría haber incurrido en una «falta de alta en el Régimen General de la Seguridad Social», lo que podría haber provocado una menor cotización y la posibilidad de aplicar una sanción a la CEOE. La Inspección de Trabajo ha iniciado una investigación oficial, y si se demostrara una situación de falso autónomo o si hubiera cotizado de menos, el caso del presidente de la CEOE podría considerarse «ilícito».
Comparación con otros presidentes de organizaciones empresariales
Cabe destacar que la mayoría de los presidentes de organizaciones empresariales españolas desempeñan su función sin retribución económica, a diferencia de Garamendi, con un sueldo cercano a los 400.000 euros. En la mayoría de los casos, la compensación económica se limita a «gastos de representación».
La CEOE frente a la Inspección
La patronal CEOE apoyó la decisión de endurecer la conocida como «ley rider» para detectar falsos autónomos. No obstante, en el caso de Garamendi, se habría incumplido la Ley 12/2021, de 28 de septiembre, ya que él cobraba de la patronal, utilizaba sus medios de producción y se atenía a las estrategias de la organización sin tener otras actividades empresariales. De este modo, su situación podría considerarse como la de un falso autónomo.
Posibles sanciones y responsabilidades
Las sanciones por incumplimiento de la Ley 12/2021 varían en función del grado: el mínimo, de 3.126 a 6.250 euros; el medio, de 6.251 a 8.000 euros; y el máximo, de 8.001 a 10.000 euros. Además, la CEOE podría enfrentarse al pago de las cuotas por el tiempo en que Garamendi debería haber estado cotizando por el Régimen General.
Reacción de la CEOE y cambios en la remuneración
En 2022, después de las advertencias de los servicios jurídicos y financieros de la patronal, Garamendi se integró en la plantilla como asalariado, con un sueldo bruto fijo de 380.000 euros, 30.000 euros más que los 350.000 euros que ingresaba durante su anterior presidencia. Esto significa que sus emolumentos habrían aumentado un 8,5%, muy por encima de los convenios sectoriales que se están firmando en la actualidad, cuya media está en torno al 3,5%.
Reflexión sobre la ética y la imagen de la patronal
La situación de Garamendi ha generado críticas dentro de la organización, quienes consideran su actuación como «poco ética» y que da una «mala imagen» de la patronal en un momento crítico en la negociación salarial. Además, algunos miembros de la cúpula directiva de Cepyme han optado por no recibir retribución alguna, salvo en el caso de trabajadores contratados.
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