Para “el ejército de los libres” da igual que haya bulos, odio o teorías conspiranoicas, siempre que se mantenga la caja sonando y las tertulias de plató.
El último episodio de la tragicomedia “Iker Jiménez contra el mundo” tiene protagonistas inesperados: ING y su “Ejército de los Libres”. ¿Y cuál es el problema? Pues resulta que ING ha retirado su publicidad del programa de Iker, Horizonte, tras las últimas polémicas y difusión de conspiraciones y bulos. Esto ha ofendido a la “legión de libres” de Iker, que ahora amenazan con darse de baja en masa de sus cuentas. Un golpe de efecto que solo me recuerda a esas escenas de rebeldes con pancartas, pero versión “clásicos del sofá”. Los “libres” amenazan con cambiar su cuenta bancaria y, por lo visto, creen que así harán temblar el sistema financiero mundial.
Lo mejor de todo es que se ven como un ejército en defensa de la libertad y en contra del “sistema”, pero ahí están, montando un boicot contra ING por haberse atrevido a retirar su dinero de las arcas del programa. Libertad financiera total… hasta que afecta a los ingresos de sus ídolos.
Si algo ha demostrado Iker con esta campaña de “resistencia financiera”, es que, en el fondo, de lo que se trata es de proteger su altavoz a toda costa. Que para “el ejército de los libres” da igual que haya bulos, odio o teorías conspiranoicas, siempre que se mantenga la caja sonando y las tertulias de plató sin interrupciones. Es un poco la épica de la autodefensa, pero del bolsillo, con cara de drama y pancarta de boicot a medias.
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