El líder de Desokupa acusa sin pruebas a la fiscal de Valencia de corrupción y prevaricación
La reacción de Daniel Esteve no es casual ni espontánea. El ultraderechista, conocido por sus campañas de odio y su papel al frente de Desokupa, ha activado su maquinaria de propaganda y violencia justo después de que la denuncia presentada por Acción Contra el Odio (ACO) haya sido admitida a trámite por la Fiscalía de Valencia. El ataque directo a la fiscal Susana Gisbert y a dos vocales de ACO, Mónica Oltra y Rubén Sánchez, es un claro intento de intimidación para frenar el proceso judicial que ahora mismo amenaza con poner fin a su impunidad.
EL MIEDO A LAS CONSECUENCIAS JUDICIALES
El punto de inflexión fue la admisión a trámite de la denuncia de ACO por un posible delito de odio. La asociación, que lleva meses documentando y denunciando los discursos de odio dirigidos contra personas migrantes, presentó pruebas contundentes sobre las prácticas de Esteve y su entorno. La Fiscalía, tras estudiar la documentación aportada, decidió abrir diligencias contra el líder de Desokupa, lo que supone un paso importante para que Esteve responda ante la justicia por sus acciones.
Es ahí donde empieza el nerviosismo y la escalada de violencia. La reacción de Esteve no ha sido defenderse en el marco legal, sino atacar frontalmente a quienes están impulsando el proceso judicial. Ha optado por la estrategia clásica de la extrema derecha: convertir un proceso judicial legítimo en una caza de brujas política, acusando a la fiscal y a los vocales de ACO de formar parte de una supuesta trama de corrupción y prevaricación.
Esteve sabe que, si el proceso judicial sigue adelante, se enfrenta a consecuencias penales reales. La incitación al odio está tipificada en el Código Penal español, y la Fiscalía de delitos de odio de Valencia ha demostrado en otras ocasiones que no tiembla a la hora de aplicar la ley en estos casos. La admisión a trámite ha puesto a Esteve contra las cuerdas, y su respuesta ha sido clara: deslegitimar el proceso, atacar a la fiscal y movilizar a su base de seguidores para presionar y desviar la atención de los cargos en su contra.
LA AMENAZA COMO ESTRATEGIA
El lenguaje utilizado por Esteve en su vídeo es especialmente grave. Declarar que “si me condenan, van a arder las calles” no es solo una amenaza velada, sino una incitación directa a la violencia. Esteve está señalando a la fiscal y a ACO como enemigos públicos, confiando en que su red de seguidores ultraderechistas y desinformadores amplifiquen el mensaje y generen un clima de presión sobre la Fiscalía y los tribunales. El objetivo es claro: convertir el proceso judicial en una cuestión política, polarizar a la opinión pública y presentarse como víctima de una persecución ideológica.
La estrategia no es nueva. La extrema derecha ha convertido las instituciones democráticas en objetivo prioritario. Cuando la ley actúa contra ellos, se presentan como mártires de un sistema «corrupto» y movilizan a su base para atacar a las personas que hacen cumplir la ley. La campaña contra Susana Gisbert no es solo un intento de desviar la atención, sino un aviso para futuros casos: si te atreves a denunciar o a investigar a la extrema derecha, serás señalado y atacado públicamente.
El nerviosismo de Esteve deja claro que la admisión a trámite de la denuncia de ACO es un golpe directo a su línea de flotación. Durante años, Esteve ha operado con impunidad, difundiendo bulos, incitando al odio y obteniendo beneficios económicos a través de Desokupa. Ahora, la justicia ha comenzado a actuar, y la respuesta ha sido inmediata: mentiras, amenazas y una escalada de violencia discursiva que busca presionar a las instituciones y sembrar el miedo entre quienes le denuncian.
Pero esta vez, la estrategia de Esteve podría volverse en su contra. La admisión a trámite de la denuncia abre la puerta a un proceso judicial que podría sentar un precedente importante en la lucha contra los discursos de odio. La respuesta de ACO y de la Fiscalía ha sido firme: las instituciones democráticas no van a ceder ante la intimidación. Si Esteve pensaba que con amenazas y bulos lograría frenar el proceso judicial, ha cometido un grave error de cálculo.
Si quieres apoyar a ACO, de la que Spanish Revolution forma parte, puedes hacerlo desde aquí: https://contraelodio.com/
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