El viernes, la policía marroquí asesinó al menos a 37 migrantes en la frontera con España.
Desde Jacobin han relatado la masacre de Melilla y han arremetido contra Sánchez, de quien critican que «no contenían palabras de simpatía por las familias de las víctimas».
En cambio, culpó a las «mafias» por lo que afirmó fue un «asalto bien organizado y violento» que constituyó «un ataque a la integridad del territorio español», «terminología en gran medida indistinta de la utilizada por la extrema derecha Vox cuando invoca temores de una invasión de inmigrantes», destacan.

«La externalización de su seguridad fronteriza a Marruecos ha dejado a España expuesta a repetidos chantajes, ya que el gobierno de Mohammed VI ha tratado de aprovechar el tema de la inmigración irregular contra su vecino europeo», exponen.
«A cambio de vender al pueblo saharaui y dar la espalda al mandato histórico de su país, lo que Sánchez obtuvo de Marruecos fue una mayor represión contra la inmigración irregular, impidiendo que las personas llegaran a España, con la cooperación de Marruecos formalmente asegurada en un acuerdo bilateral sobre inmigración en abril», continúan contextualizando.
«El trasfondo inmediato de los asesinatos del viernes fue el violento desmantelamiento de un campamento de inmigrantes cerca de Melilla el jueves por la noche por parte de la policía marroquí, mientras que la policía española y marroquí operaron juntas en suelo español para eliminar de inmediato a la gran mayoría de las quinientas personas que escalaron la valla. El propio programa electoral del PSOE contiene la promesa de poner fin a este tipo de devoluciones en caliente de migrantes, que niegan a los que llegan cualquier debido proceso sobre el derecho a solicitar asilo», continúa.
También refiere a la hipocresía europea, «más allá del cinismo grotesco de Sánchez y la impotencia de la izquierda española está el régimen fronterizo más amplio de la ‘Fortaleza Europ'» en torno al cual han convergido los estados de la UE».
«Sin embargo, en realidad, los flujos migratorios son imposibles de detener», explica. «Si bloqueas una ruta, otra más peligrosa simplemente se abrirá».
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