Rubén Sánchez
Las redes sociales y los famosos que se prestan a realizar cualquier tipo de publicidad a través de sus cuentas favorecen la comisión de fraudes. Es lo que ha ocurrido en los últimos días con una supuesta agencia que ofertaba maravillosos viajes en distintos países del mundo a un precio muy atractivo.
De repente, un número creciente de usuarios comenzaron a alertar, también desde las redes, de que algo olía mal en este negocio. No les habían enviado después del pago de 1.000 euros ningún justificante que acreditase que realmente tenían billetes con determinadas compañías aéreas y la contratación con hoteles de esos paquetes turístico. Y varias de las influencers que habían lanzado la publicidad indicaron que creían que había cosas sospechosas, y que procedían a eliminar los anuncios.
La Cadena Ser puso en nuestro conocimiento lo que estaba ocurriendo. Indagamos y vimos cómo la supuesta empresa cometía distintas irregularidades. La primera, no facilitaba ningún teléfono de contacto en su web. Y la segunda y más sospechosa, no había ningún nombre de empresa de por medio ni tampoco, obviamente, ningún NIF.
Se estaba vulnerando claramente la legislación y de postre, un fraude absolutamente claro. Decían formar parte de la IATA, la Asociación Internacional de Transporte Aéreo. Evidentemente, ninguna agencia de viajes forma parte de una patronal de compañías aéreas. Al ser preguntada, rápidamente la IATA confirmó que no tenía absolutamente ninguna relación con sietevuelos.com.
Horas después de que la Cadena Ser y FACUA a través de sus redes sociales alertáramos de lo que estaba pasando, la página web ha sido clausurada. Ya no existe. Si entras en sietevuelos.com no hay nada, no hay web.
Por eso, hemos denunciado los hechos ante la Fiscalía General del Estado, que debe tomar cartas en el asunto. Hay que investigar si se ha producido un delito de estafa por parte de las personas que estén detrás de este negocio que lo que hizo fue contactar con numerosos famosos que tienen muchísimos seguidores en redes sociales, con las agencias publicitarias que les gestionan sus cuentas, y negociar que colocaran una publicidad.
Pero parece ser que nadie verificó la identidad de quienes estaban realizando la propuesta comercial, de quienes estaban ofreciendo dinero a cambio de anunciar algo que parece ser que no existía.
Coge el dinero y corre. Al menos es la sensación que se traslada con esa extraña clausura de la web en cuanto se han producido las denuncias públicas de sus irregularidades. Esperemos que la Fiscalía actúe rápido, y esperemos también que haya más prudencia por parte de esos famosos que ganan dinero a costa de realizar publicidad y no siempre, o a veces casi nunca, comprueban la veracidad de lo que están anunciando.
Soy Rubén Sánchez y en ocasiones veo fraudes.
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Editorial del episodio 79 del pódcast En Ocasiones Veo Fraudes
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