“Los que tienen que salvar a España dejan a España en segundo plano, huyendo del barco que se hunde como ratas, saltándose todo protocolo“. No todos somos soldados.
Pues resulta que otro escándalo más salpica a Margarita Robles.
Quien tuvieran que retirar del atril por sus mensajes belicistas en plena pandemia, ya ha pasado por la ronda de banderilleados contra la Covid-19, al General Jefe del Estado Mayor de la Defensa, Miguel Ángel Villarroya, le ha sido inoculada la primera dosis de Pfizer, pero no por ser grupo de riesgo, ha sido vacunado por jeta, aprovechando su cargo para hacerlo.
Cabe recordar que el susodicho fue uno de los invitados a la famosa fiesta organizada por Pedro José Ramírez, más conocido por Pedro J, director de el panfleto “El Español”. Fiesta organizada en plena pandemia, en el mismo momento que a los demás hijos de vecinos se nos confinaba en nuestros domicilios por recomendación médica, y del mismo modo que se nos obligaba a llevar mascarilla, mientras se puede advertir en las fotos de la vergüenza como el General Villarroya no la llevaba puesta.
El JEMAD, ha sido condecorado con la Medalla Balmis, impuesta por la desinfección que realizó la UME a las residencias de mayores entre otras funciones, dicha medalla no ha sido impuesta a los que realmente realizaron esa función, las chavalas y los chavales de la UME, del mismo modo que no se les nombró como grupo de riesgo mientras las desinfectaban, ni tan siquiera se les ha vacunado. El 50% de las residencias de mayores en la Comunidad de Madrid no han recibido vacunación alguna, mientras el que ni siquiera sabe donde están estas residencias, ni procura la vacunación a quien las desinfecta, se le inocula la primera dosis, y se le condecora por algo que ni el ha realizado, si lo de este país es de traca, lo de defensa ya no se ni como nombrarlo.
El Estado Mayor de la Defensa cuenta con casi 400 integrantes, según varios medios de comunicación, todos han pasado por Gómez Ulla, Hospital Militar Central de Defensa, donde ni los sanitarios militares, ni los civiles han sido vacunados tampoco. La Ministra dice que se ha enterado de la vacunación de SU Estado Mayor de la Defensa por la prensa. 400 personas pertenecientes al ministerio que ella “controla” pasan en hilera por el Hospital Militar Central de Defensa y no se entera, pues una de dos, si esto no es cierto, tiene que dimitir por embustera, y si fuese cierto, peor todavía, porque si la portadora de la cartera ocre de defensa no se entera de lo que hacen los 400 mas altos cargos de su ministerio, deja lo suficientemente claro que no es óptima para el papel que se le ha asignado.
Tampoco podemos decir que Margarita esté muy bien asesorada, su mano derecha, la diputada socialista Zaida Cantera, ha declarado en un medio de prensa, y cito textualmente lo publicado, “no hay reproche posible si el JEMAD ha seguido el protocolo, y se ha vacunado cuando le ha llegado el turno en su unidad, no tengo reproche ético, aunque estéticamente pueda parecer poco adecuado”. Otra que parece no enterarse de nada, lo cual es obvio, llegó al Psoe, no por que sirviese para el cargo, llego a raíz del caso de acoso sufrido, y de la mano de la tránsfuga de UPyD Irene Lozano, actual presidenta del Consejo Superior de Deportes y redactora del libro “Manual de Resistencia” de Pedro Sánchez, lo que viene siendo una cuadrilla de colegas que se deben favores unos a otros. De los casos de acoso en las Fuerzas Armadas, casos de los que Zaida Cantera hace caso omiso, ya hablaré en otra ocasión.
Que no existe protocolo de vacunación, según dice la ministra, es dudoso, ya que por lo visto existen pruebas de que si existe, la subsecretaria de Defensa, Amparo Valcarce, remitía a una asociación el 14 de enero, y cito textualmente,“la Inspección General de Sanidad ha elaborado y difundido la “Estrategia de Vacunación frente a COVID-19 en las Fuerzas Armadas”, de donde deduzco que alguien miente, y que alguien, o no se entera de nada, lo cual es muy grave, o no quiere enterarse, lo mismo está dejando pasar el tiempo para más tarde decir que son cosas del pasado, como con los nostálgicos cantantes de la división azul. Dicha estrategia no es remitida del mismo modo que no se sabe la cantidad de vacunas de las que dispone el Ministerio de Defensa, aludiendo este, que esa información es Seguridad Nacional, tal y como explicaba otro medio de prensa. No se donde coño se vulnera la Seguridad Nacional diciendo de cuantas vacunas cuenta un Ministerio, más parece que quieren tapar de nuevo la corrupción sistémica que campa a sus anchas entre los condecorados generales.
Ni que decir tiene que pienso, por supuesto, que las Fuerzas Armadas tienen que tener un plan de vacunación y unas vacunas reservadas, del mismo modo que tiene que tenerlo la Policía Nacional y Guardia Civil, pero del mismo modo que tiene que tenerlo las empleadas del Sistema de Atención a Domicilio, las empleadas del Metro, las empleadas de limpieza de las residencias de mayores, y cualquier colectivo que este en primera línea, y que dentro de estos colectivos JAMAS se adelante a personal de riesgo que no pertenezca a ninguno de estos, es decir, personas con discapacidad, personas con enfermedades de alto riesgo o personas en residencias de mayores, a todas estas personas. La Cúpula Militar del Estado Mayor de la Defensa ha decidido poner por detrás de ellos en la vacunación, a todas estas personas parece que a la diputada socialista le parece normal que vayan por detrás en la vacunación, a todas estas personas a Margarita Robles le parece bien dejarlas por detrás ponerlas en listas de vacunación, cuando tan solo ha pedido un informe al JEMAD.
Primera posible vulneración, según leo, el protocolo a seguir en Defensa podría estar basado en 6 grupos distintos, pero ninguno de estos grupos pertenece al grupo 0 marcado por el Ministerio de Sanidad, el personal sanitario, personal sanitario que todavía no ha sido vacunado por completo. Cuando ya puedan entrar a jugar los grupos sensibles de las Fuerzas Armadas, se haría también con un orden especifico, primero los propios sanitarios militares, que tampoco han sido vacunados, a continuación, personal que sea destinado a misiones internacionales, que tampoco han sido vacunados, y así sucesivamente y como es lógico hasta que le toque a uno, y en concreto al JEMAD parece ser que no le tocaba hasta el grupo 5 o incluso 6.
Los que tienen que salvar a España dejan a España en segundo plano, huyendo del barco que se hunde como ratas, saltándose todo protocolo existente o no, pero claramente saltándose la ética y la moral de la que está claro que no pueden hacer gala, cobran mas de 3.000 euros al mes. Por cierto, cesar a alguien en el cargo no implica que deje de cobrar, le enviarán a la oficina de al lado como mucho, no se lleven a engaño.
¿Podemos decir ya que es un jeta o todavía no?
Artículo de JENNER LÓPEZ ESCUDERO. Fuente: Nuevatribuna.es
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