En la misión de Afganistán murieron 102 soldados españoles, ¿sirvió de algo todo lo que hicieron ahora que el extremismo retoma donde lo dejó hace 20 años?
«¿Para qué?» es la pregunta que azota a los padres de Idoia Rodríguez, Constantino y Consuelo, que apagan la televisión cada vez que televisan el conflicto de Afganistán. La vida de Idoia se acabó en 2007 con 23 años cuando una mina explotó al paso de su convoy.
«Nada más ver Afganistán en la pantalla, hace que se nos pongan los pelos de punta. No podemos ver la tele. Baja la moral que es demasiado. Cambiamos de canal y punto, con todo el dolor del mundo. Remueve la sangre», cuentan los padres de la militar asesinada a El Periódico.
«En el caso de mi mujer, todavía peor, creo. Era nuestra única hija. Oír y ver en el televisor el nombre de aquel país… ¡Los pelos de punta y a mil revoluciones!», relata al medio el padre de Idoia.

102 soldados muertos en Afganistán
Los soldados españoles estaban en su mayoría en la provincia de Badghis y allí se encargaron de proyectos como la ampliación del hospital de Qala-e-now y lo dotaron de equipamiento, tal y como cuenta en su libro Afganistán. Crónica de una ficción Mònica Bernabé .
También construyeron una base militar enorme que luego cedieron al ejército afgano. Todo eso quedó atrás, ahora en manos de los talibán tras el absoluto abandono de la comunidad internacional.
«Lo peor para esos soldados muertos, o los mutilados o heridos, es que parece que no ha servido para nada todo lo que hicieron. Han salido de ahí y todo se ha venido abajo», señala Bernabé al medio La Información. En la misión de Afganistán murieron 102 soldados españoles, entre ellos los 62 que fallecieron cuando volvían a España en la tragedia del Yakovlev-42.
Regreso de tropas, fracaso mundial
El avión A400M en el que ha sido evacuado de Kabul un primer grupo de 55 españoles y colaboradores afganos ha llegado a Madrid en la madrugada de este jueves. A última hora de la tarde del miércoles, el grupo ha partido desde Dubái en dirección a la base aérea de Torrejón de Ardoz, donde han habilitado un dispositivo de acogida con tiendas de campaña y pabellones, en el que también está participando Migraciones.
Atrás queda un pueblo en manos del extremismo. “En este momento tan grave, insto a todas las partes, especialmente a los talibanes, a actuar con la máxima moderación para proteger vidas y garantizar que se puedan satisfacer las necesidades humanitarias”, pidió, en un alarde de inocencia e inoperancia propio de la organización, el Secretario General de la ONU.
Agnes Callamard, secretaria general de Amnistía Internacional, ha manifestado que lejos de abandonar a su suerte a los afganos, «los gobiernos extranjeros deben tomar todas las medidas necesarias para garantizar una salida segura de Afganistán a todas las personas que están en el punto de mira de los talibanes. Esto incluye expedir visados, ofrecer apoyo a las evacuaciones desde el aeropuerto de Kabul, proporcionar plazas de reubicación y reasentamiento, y suspender todas las deportaciones y devoluciones».
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