Francia ha abandonado el proyecto de ley que pretendía prohibir y recortar las libertades en cuanto a expresión y manifestación y que también restringía el derecho a filmar a los policías en acción.
Según ha expresado Christophe Castaner, en una rueda de prensa, «el proyecto de ley será totalmente reescrito y se presentará una nueva versión», aseveró.
Desde que se formalizó la propuesta miles y miles de personas en toda Francia marcharon en contra. A consecuencia, tras la irrupción policial, que es la tónica general del país galo, se produjeron sendos disturbios. Por ejemplo, en París, la Policía lanzó gases lacrimógenos contra manifestantes, después de que enmascarados lanzaran fuegos artificiales y piedras contra los agentes.
Los organizadores cifraron la asistencia en medio millón de personas. Solo en París, marcharon al menos 46.000, de acuerdo con las cifras oficiales. Otras manifestaciones con fuerte participación fueron las de ciudades como Alrededor de medio centenar de personas fueron detenidas en la capital francesa por enfrentarse a los agentes e incendiar vehículos, mobiliario urbano y hasta algunos locales comerciales, entre ellos una oficina del Banco de Francia.
“Es importante que luchemos por nuestras libertades. Si la ley se aprueba, será un paso atrás. El foco no debería estar en la protección de los policías”, ha apuntado Iana, una estudiante de 17 años presente en la manifestación.
La multitudinaria protesta que se llevó a cabo en París se organizó después de un productor musical negro recibiera una paliza por parte de policías incidiendo ya en un previo al proyecto de ley.
El hecho avivó la ira por un proyecto de ley que podría restringir el derecho de los periodistas a informar sobre la brutalidad policial del estado francés.
Al respecto, el politólogo Nikola Mírkovic apunta para RT que la ciudadanía siente temor frente a la perspectiva de que Macron y su primer ministro creen un Estado de carácter más policial.

Una controvertida ley de seguridad
El controvertido artículo 24 de Macron prevía limitar la grabación y difusión de imágenes de los agentes de policías y gendarmes. Esta misma disposición fue la única abolida por el Tribunal Constitucional en España en su sentencia sobre la conocida como “Ley Mordaza”, considerando que se trataría de una “censura” por parte del Estado.
El texto del proyecto de ley ha sido criticado con firmeza por la prensa y las organizaciones de defensa de los derechos humanos que consideran la eventual legislación como un ataque a la libertad de expresión y al derecho a informar.
El artículo más controvertido de la ley era el 24, que hubiera significado penas de hasta un año de prisión y 45.000 euros de multa por difundir imágenes de policías o gendarmes con la intención de dañarles.

Días de represión y violencia contra los migrantes
Los franceses han vivido los últimos días una sucesión de casos de violencia policial destapados por grabaciones de cámaras que han dado más argumentos que nunca contra quienes afirman que la nueva ley de seguridad favorecerá la impunidad policial.
El pasado lunes, la policía desmanteló el lunes un campamento de inmigrantes plaza de la República de París haciendo uso de un importante exceso de violencia, las imágenes de la intervención indignaron a todos. Por si fuera poco, una investigación periodística documentó otra operación policial en la que tres agentes se ensañan sin ningún motivo contra Michel Zecler, un productor de música negro, la semana pasada.

La Inspección General de la Policía Nacional (IGPN), conocida como “la policía de los policías”, investiga actualmente ambas intervenciones. Incluso Emmanuel Macrón condenó el suceso: “Las imágenes que todos hemos visto de la agresión contra Michel Zecler son inaceptables, son vergonzosas para todos nosotros. Francia nunca debe permitir la violencia o la brutalidad, no importa de quién o de dónde venga. Francia nunca debe dejar que el odio o el racismo prosperen”, escribió el mandatario.
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