El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, recordaba el bombardeo de Gernika en su intervención ante las Cortes para recabar una mayor implicación de Occidente tras la invasión de Rusia de su país.
«Estamos en abril de 2022, pero parece que estamos en abril de 1937», dijo a través de español por videoconferencia en un acto en el Congreso.
Posteriormente en un programa de Telecinco la tertuliana Maria Jamardo quiso «matizar» la cuestión. «Yo creo que también hay que tener en cuenta que ese guiño, esa referencia que se hizo también indirectamente por parte de Pedro Sánchez en su alocución posterior, hablando de situaciones críticas, dificultades históricas para el pueblo español me ha parecido mal, porque yo creo que hay que recordar que en aquel momento el socialismo, el Partido Comunista, estaban del lado o tenían el apoyo de Stalin. Entonces ni el que bombardeaba era bueno, ni los bombardeados eran tan buenos tampoco, ni el que bombardeaba era malo, ni los que eran bombardeados eran tan buenos», expresaba.

«Ayer, en este programa, una colaboradora expresó una opinión personal sobre el bombardeo de Guernica a raíz de las palabras del presidente ucraniano Zelenski. Quiero decir algo desde aquí: esto es un espacio abierto donde tienen cabida todos los criterios. A veces pasa, y ayer ocurrió, que esos criterios han resultado ofensivos para las convicciones de nuestros espectadores e incluso injustos con la historia», empezaba reconociendo Sonsoles Ónega.
«No pasa nada por pedir disculpas y lo hacemos a quienes se han sentido injuriados, entre los que se puede encontrar este equipo. Se hizo un mal uso de la libertad de expresión que Telecinco garantiza siempre», proseguía la presentadora.
Para terminar, insistía en que esa forma de pensar de María Jamardo no coincide con los valores del grupo Mediaset. «Reitero en nombre de esta empresa, que es mi casa, que esa forma de interpretar la historia más dolorosa de España no coincide en absoluto con nuestra forma de pensar y, desde luego, no con la mía», ha concluido Sonsoles por boca de todo el equipo de ‘Ya son las ocho’.
Tras ello Jordi Évole ha escrito un artículo al respecto en La Vanguardia, donde recordaba que «el domingo pasado entrevistamos a Teresa, 97 años, que vivió en primera persona el bombardeo de Gernika siendo una niña. Y ya me dio la sensación, escuchando su desgarrador testimonio, de que algo debía esconder Teresa. Seguro que a sus 12 años, ni ella debía de ser tan buena bajo las bombas nazis, ni los nazis que bombardeaban tan malos».
«Teresa fue una de las niñas de la guerra que, para escapar del fascismo que amenazaba España, huyeron con otros miles de niños a Rusia. Allí le tocó sufrir el sitio de Leningrado, el asedio de la ciudad soviética por parte del ejército de Hitler. Tras no poder conquistarla, los nazis bloquearon Leningrado. El asedio duró casi novecientos días. Miles de familias murieron de frío y de hambre en sus casas. La falta de comida llevó a la población, tal y como nos relató Teresa, a comer carne humana. Pero seguro que para la tertuliana de Telecinco, ni los asediados eran tan buenos, ni los nazis que los mataban de hambre eran tan malos», explicaba.
«No queda tanto para que alguien nos asegure en alguna televisión que ni los nobles comisionistas que se forraron durante la pandemia eran tan malos, ni los abuelos que murieron en las residencias tan buenos. Ni el que pagaba hasta la última peseta a Hacienda era tan bueno, ni el que lucía la bandera española en la muñeca pero se compraba yates con dinero público robado tan malo. Y reescribiendo la historia seguiremos peligrosamente dentro de Don’t look up», concluía.
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