¿Realmente queremos regalar a empresas privadas los pocos espacios naturales que nos quedan?
Tras las masivas manifestaciones en Canarias en contra de la especulación urbanística y el turismo de masas, muchas otras regiones están empezando a despertar y plantar cara a un modelo económico depredador y ecocida que hipoteca a las futuras generaciones para que unos pocos puedan llenarse los bolsillos. El cambio climático y la masificación de otras zonas hacen que Galiza, Cantabria o Asturias estén en el punto de mira de estos especuladores, que ni siquiera disimulan sus intenciones.
La “Ibiza del Norte” es en lo que quieren convertir a un paraje natural único construyendo un macrocomplejo turístico en una extensa área natural entre Loredo y Langre, con 350 segundas residencias y un campo de golf que supondrían la destrucción irreversible de una parte muy importante de la costa cántabra.
Related posts
SÍGUENOS
Las horas más bajas de Ursula
Dos bloques opuestos han coincidido en algo: pedir la cabeza de Ursula von der Leyen. Y no es una pataleta: tienen 72 firmas, el mínimo legal para forzar el debate.
Vox y la violencia que nunca quiere ver
El alcalde de Villacastín, detenido por agredir a su mujer en plena romería Otra vez Vox. Otra vez la violencia que su discurso niega mientras se enquista en sus filas. Julio César Sánchez, alcalde del partido ultra en Villacastín (Segovia), fue detenido por la Guardia…
Milei, contra las cuerdas
El peronismo conquista seis de las ocho secciones electorales y abre una grieta en el proyecto de odio del Gobierno nacional.
Vídeo | Marina Lobo: Madrid paró La Vuelta y tumbó el blanqueo de Israel
Marina Lobo lo dijo sin rodeos: lo que pasó ayer en Madrid fue histórico. Mientras el mundo miraba para otro lado, la última etapa de La Vuelta a España se detuvo en seco por las protestas masivas contra el genocidio en Gaza. Una marea ciudadana…
Vídeo | Queremos más Chikahiros
No hay pancartas masivas ni focos mediáticos. Solo un chef japonés que cada semana se planta ante la embajada de Israel en Tokio y repite lo mismo: “Parad el genodicio”. Una voz sola que vale por miles. Queremos más Chikahiros.