Colau lanza una pregunta y una auténtica declaración de intenciones: «¿Qué podemos hacer colectivamente para detener el odio y las ‘fake news‘ en redes? Si no os rendís vosotros, yo tampoco lo haré».
Ada Colau, alcaldesa de Barcelona, ha denunciado desde su cuenta de Facebook cómo la derecha y la extrema derecha cargan contra ella de manera organizada en base a la publicación de noticias falsas para desprestigiarla.
Entre estas noticias, Colau selecciona 3: que se gastó «340.000€ en 4 pedruscos», que «despilfarra 200.000€ en una Navidad alternativa» y que «cobra 100.000€».
Explica Colau que el modus operandi suele ser que «un digital (como okdiario, metropoliabierta o crónica global) genera un titular escandaloso y perfiles individuales, muchos vinculados a Cs y Vox (como Toni Cantó), lo viralizan con miles de «retuits», e incluso lo pasan a circuitos paralelos a las redes, como cadenas de Whatsapps».
El lamento de Colau
La alcaldesa señala que algunas de estas noticias son antiguas, pero que vuelven año tras año, señalando que «he desmentido cientos de veces el sueldo de 100.000€», pero que «otras son barbaridades nuevas». Se lamenta señalando que tiene que decidir si invertir «tiempo y energías» en desmentir los falsos titulares. Si no lo haces, «parece que los consientes», señala Colau, «que permites que circulen sin que haya un desmentido», completa. Sin embargo, señala que «si lo haces, te pones a hablar de lo que ellos quieren que hables y, sin quererlo, reproduces el ruido». «En lugar de hablar de cosas positivas, estás hablando de cosas negativas», recuerda.
Colau afirma que «es una especie de telaraña de la que no sabes cómo escapar. Cuando te bombardean así, consiguen lo que quieren: te rodean de ruido, te alejan de la gente, te deshumanizan y consiguen que te plantees abandonar las redes».
Ante la situación, la alcaldesa recuerda que estos creadores de bulos «no persiguen que la gente se crea una u otra cosa en concreto, sino que la imagen en general quede deteriorada». «Tras años de ‘fake news’, esperan que ese ruido convenza a la gente de que ya no soy la de antes, que me he vendido, que vivo acomodada en el poder, que despilfarro recursos públicos… que todos los políticos somos iguales», lamenta.
Colau explica que esta despreciable actitud trata de mezclar el nombre de la alcaldesa con palabras como «despilfarro, okupas, corrupción, denuncia, etc». Asimismo, recuerda que a eso hay que sumar «los insultos que impunemente recibo por ser mujer (guarra, zorra, fea, sucia, gorda, malfollada…)» y suma a eso, además, que hay que añadir otra estrategia de desgaste: «atacar a quien me muestra públicamente apoyo, para que la gente se lo piense dos veces antes de volver a hacerlo».
No todos los políticos son iguales
«Creo de verdad que no todos los políticos somos iguales y creo que es a los grandes corruptos a quienes les interesa convencer a la población de que todos somos corruptos. Está en juego la democracia: si se desprestigia a todo el que se atreve a meterse en política, acaban haciendo política sólo aquellos que ya tienen la vida resuelta y poder suficiente para controlarlo todo», continúa Colau.
La alcaldesa señala que lleva «5 años de alcaldesa y determinados sectores de las élites me siguen tratando como a una intrusa, como un accidente. He demostrado que no estoy en política por dinero: he renunciado a parte de mi sueldo y a todas las dietas, cosa que no había hecho ningún alcalde antes de mí. En total ya he renunciado a unos 300.000€ que legalmente me correspondían: me podría haber comprado una casa, pero no lo he hecho, sigo en la misma casa de alquiler de siempre. Y eso es lo que no soportan, que algunos no estemos en venta».
Sin embargo, señala que Colau que a pesar de la situación no «quiere caer en su odio» ni «convertirles en protagonistas de la política» y lanza una pregunta y una auténtica declaración de intenciones: «¿Qué podemos hacer colectivamente para detener el odio y las ‘fake news’ en redes? Si no os rendís vosotros, yo tampoco lo haré».
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