Ciudad de México ha prohibido los plásticos de un solo uso, que es recurrente en los tampones.
Ciudad de México ha prohibido los plásticos de un solo uso y donde más impacto se prevé, por ello están anticipándose, es en los tampones.
De este modo, en la actualidad y de cara al futuro, solamente podrán comprarse tampones sintéticos hasta agotar las existencias.
Así también la ciudad ha comenzado a promover alternativa sostenibles con tal de concienciar a la población femenina y así conseguir reducir el impacto ambiental.
Algunas voces han sido críticas con dicha medida, ya que consideran que esta medida perjudica a las mujeres, que han asumido estos productos como de primera necesidad.
Ante esta tentativa el medio PlayGround expone que lo realmente interesante debe ser, además de concienciar, debe ser el “facilitar el acceso a los millones de mujeres que viven en la capital mexicana”.
Uno de los problemas vigentes, destaca el medio digital, es que “la menstruación se ha estigmatizado y a menudo es tabú; en vez de vivirla como algo humano”, por ello se tiene “una educación menstrual limitada y la conciencia ambiental sobre los productos empleados para la salud íntima se ha dejado de lado”.
Cabe destacar que los productos menstruales de un solo uso “se han convertido en el quinto producto plástico más presente en mares y océanos. Por otro lado, contribuyen a emitir metano en la atmósfera, cuyo efecto invernadero es mayor al del dióxido de carbono y es un agravante para el cambio climático”.
¿Qué alternativas existen?
Por un lado y la más reconocida en ambientes más alternativos es la copa menstrual, que e sun recipiente, normalmente de silicona líquida biodegradable, y que puede durar hasta diez años.
Esta es la opción más ecológica según el National Geographic, pero no la única que puede encontrarse en el mercado.
También existen las toallas o compresas lavables de tela, sobre las cuales PlayGround recalca que “el estigma hacia la menstruación ha afectado la percepción que tenemos hacia los productos de higiene íntima reutilizables”.
En el mercado, sin embargo, las opciones cada vez se hacen más latentes y con un mayor alcance. Otra de las opciones con buena recepción y acogida son los tampones y toallas biodegradables, por su similitud con el uso de tampones y compresas más frecuentes de plástico.
Al ser desechables PlayGround recuerda que “son alternativas menos sostenibles”, pero al ser de algodón orgánico se degradan mucho más rápido, causando un impacto mucho menor en el medio ambiente.
Otra de las alternativas reutilizables para la higiene femenina es la ropa interior para la menstruación. Su composición con múltiple tela permite no tener que llevar compresas o tampones.
Y por último, las esponjas marinas naturales que absorben en flujo menstrual para, posteriormente, lavarse y poder volver a utilizarse.
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