El diputado de Bildu ha expuesto la falta de progresismo de la cadena propiedad de Atresmedia Corporación.
El diputado de Bildu Oskar Matute ha lanzando una pulla a La Sexta por el programa que emitió este jueves en Prime Time, El Jefe Infiltrado. El programa, según la propia descripción del mismo de la cadena, es un formato de «telerrealidad en el que los jefes trabajan infiltrados en sus propias empresas para investigar cómo funcionan realmente y para identificar cómo se pueden mejorar, así como para recompensar a sus empleados».
Este espacio es una adaptación del programa británico Undercover Boss adaptado a la televisión española que fue estrenado en 2011 en Antena 3 que fue estrenado y cancelado por su baja audiencia. Tres años más tarde, Atresmedia Corporación readquirió los derechos para adaptar nuevamente el formato Undercover Boss, ya que la versión americana del programa, estrenada en Xplora el 26 de febrero de 2013, se convirtió en uno de los formatos más competitivos y de mayor éxito del canal.
El jefe infiltrado fue puesta en marcha el 3 de abril de 2014, aunque esta vez en La Sexta y logrando grandes datos de audiencia. Tras una media de un 12,7%, La Sexta decidió renovarlo por una segunda temporada. Poco después se renovó por una tercera, cuarta y quinta temporada. En 2021, el programa vuelve tras dos años de ausencia, estrenando su sexta temporada el 26 de mayo de 2021.

La Sexta, ¿algo de progresista?
“Cuando cierta cadena en lugar de emitir ‘el jefe infiltrado’ programe, en su lugar, algo así como ‘el inspector de trabajo infiltrado’ aceptaré que tiene algo de progresista”, fue el comentario de Matute en Twitter.
Cuando cierta cadena en lugar de emitir “el jefe infiltrado” programe, en su lugar, algo así como “ el inspector de trabajo infiltrado” aceptaré que tiene algo de progresista.
— Oskar Matute (@OskarMatute) September 3, 2021
Normalmente, el programa muestra de manera forzada como el «jefe» ve que todo es un desastre, se molesta con personas concretas y pretende tomar decisiones serias. Pero, alejándose de la realidad, acaba premiando a sus trabajadores con viajes y subidas de sueldo porque se acaba encariñando de ellos y destacando siempre sus puntos positivos.
Se trata de una mera promoción para la marca de la empresa que ocupa ese capítulo, pues en ningún momento se muestran decisiones duras, solo ligeras llamadas de atención con el nombre de la empresa bien presente.
Hace unos meses, Teresa Rodríguez, diputada del Parlamento de Andalucía, pedía también un nuevo formato que se llamase ’el inspector de trabajo infiltrado”.
“Incumplimientos de convenio, falta de seguridad en el trabajo, contratos en fraude de ley, fraudes a la seguridad social, impagos, horas sin pagar…”, escribió.
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