Los hospitales son, por definición, zonas protegidas según el derecho internacional humanitario. Ordenar la evacuación de un hospital y amenazar con bombardearlo, especialmente cuando no es posible evacuar a los pacientes críticos sin poner en peligro sus vidas, es inhumano y podría constituir un crimen de guerra.
El director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, lo resumió perfectamente: es imposible evacuar hospitales llenos de pacientes sin poner en peligro sus vidas. El testimonio del Dr. Mads Gilbert y otros médicos refleja la difícil situación que enfrentan los profesionales médicos y los pacientes en Gaza. Los hospitales no sólo son lugares de curación, sino que también actúan como refugios para aquellos que buscan seguridad en medio del conflicto.
La sugerencia de que hospitales como Al-Shifa podrían estar siendo utilizados como centros de comando militar debería ser respaldada con pruebas irrefutables, dada la gravedad de las acusaciones y las consecuencias de actuar sobre ellas. Sin pruebas claras y concluyentes, atacar tales instituciones es una grave violación de las leyes internacionales.
Es esencial que la comunidad internacional intervenga para proteger a los civiles y garantizar que se respeten sus derechos fundamentales en tiempos de conflicto.
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