Desde el Parlamento Europeo se ha señalado a Dolors Montserrat por un cambio de criterio en una votación.
Desde los grupos parlamentarios de los Socialistas, los Verdes y la Izquierda en el Parlamento Europeo han hecho latente su disconformidad contra las estrategias de Dolors Montserrat, presidenta de la Comisión de Peticiones. Para ello han enviado una carta conjunta a la presidenta de la Eurocámara, Roberta Metsola.
En concreto, dichos grupos parlamentarios, han referido en esta a una votación celebrada el pasado 8 de septiembre, ya que por entonces se repercutió el criterio de votación a la mitad de la sesión.

Con este cambio se favorecía en favor de los deseos políticos transmitidos desde el PP, y así poder hablar de Mònica Oltra, aunque ya se había constatado en dicho Parlamento que desde la Comisión Europea no se disponen de competencias para hacerlo.
A través de esta carta, entonces, se traslada una «queja formal» contra Montserrat «por una grave ruptura de las normas de procedimiento durante la reunión del 8 de septiembre”. Los parlamentarios que redactaron la carta consideran este hecho un «flagrante conflicto de intereses de Montserrat» para así poder incluir una petición «realizada por un miembro de su propio partido y en contra del criterio de la Comisión Europea».
Consideran su manera de actuar como “inapropiada”, tanto que, consideran, «erosionará los derechos de los eurodiputados» y «la credibilidad y las normas del Parlamento Europeo».
Montserrat por su parte ha respondido: «Rechazo enérgicamente todas estas acusaciones infundadas, que se traducen en un nuevo ataque político contra mi papel como presidenta de la Comisión de Peticiones y, en último término, en un ataque injustificado contra el funcionamiento democrático de esta Institución».
Desde El Nacional recuerdan que “no es la primera vez que la acusan de partidismo”, ya que “esta no es la primera queja que presentan las izquierdas europeas por las decisiones de Montserrat. Hace dos años, cuando también era presidenta de la Comisión de Peticiones, también fue denunciada por ‘uso partidista’. En aquel momento, se la acusaba de ‘falta clara de imparcialidad’, de no seguir ‘los criterios de independencia y justicia» y de «de utilizar las instituciones europeas de manera partidista’”.
La justicia europea, por su parte, descarta que Montserrat haya incurrido en conflicto de intereses.La corte señala que el demandante, un ciudadano español, «no invoca ningún posicionamiento» por parte de Montserrat «que pueda hacer pensar que abordó el examen de la petición con algún prejuicio personal que hubiera manifestado anteriormente», y descarta que el ejercicio de actividades políticas nacionales en España «baste por sí solo para determinar la existencia de un conflicto de intereses».
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