En la era de las redes sociales, donde cada tweet puede convertirse en la comidilla del día, es sorprendente cómo algunas figuras públicas siguen sin pillarle el truco. Alfonso Pérez Muñoz, ese exfutbolista que nos hizo vibrar en equipos como el Barça, Real Madrid o Betis, ha decidido cambiar el balón por el teclado y, sinceramente, ¡qué gol en propia meta!
El estadio del Getafe, el Coliseum Alfonso Pérez, ha decidido que el nombre de Alfonso ya no es bienvenido en su fachada. ¿El motivo? Unas declaraciones sobre el fútbol femenino que han levantado más de una ceja. Según el Ayuntamiento de Getafe, Alfonso intentó “minimizar los logros” de las campeonas del mundo.
Pero, ¿qué fue lo que soltó? En una entrevista a El Mundo, Alfonso se lanzó a la piscina sin flotador: comentó que el fútbol femenino y masculino no pueden ser equiparables porque “todo va en función de los ingresos que generes y de la repercusión mediática”. Y añadió que las jugadoras “no se pueden quejar” y que “deben tener los pies en el suelo”.
Tras el revuelo, Alfonso intentó, con torpeza, arreglarlo. Publicó en Twitter una foto con Milene Domíngues, exjugadora y Embajadora de la UEFA Champions League Femenina, como si una imagen pudiera borrar sus palabras. Y el comentario… “Se me está juzgando por no respetar la igualdad y los derechos de las mujeres”. Sale con una mujer futbolista en una foto. Arreglado.
Pero como en esas películas en las que la secuela nunca supera a la original, Alfonso ha intentado “arreglar” sus palabras con un vídeo y… bueno, digamos que la ha cagado más. Quiso aclarar que sus palabras no iban “en contra de las mujeres” y que simplemente estaba “reivindicando” su posición. Pero, ¿sabes cuando intentas sacar un chicle pegado en el zapato y solo consigues ensuciar más el suelo? Pues eso.
En su intento de defensa, Alfonso soltó perlas como que “no se puede comparar el fútbol femenino con el masculino” y que “el fútbol femenino no tiene la misma repercusión mediática”. ¡Vaya, Alfonso! ¿No te has enterado de que las campeonas del mundo han llenado estadios y han roto récords de audiencia?
Pero, espera, que hay más. Alfonso intentó jugar la carta de la empatía diciendo que tiene “muchas amigas que juegan al fútbol” y que “respeta mucho a las mujeres”. ¡Ay, amigo! Eso suena a cuando alguien dice “tengo muchos amigos de tal o cual grupo” para justificar un comentario desafortunado.
En resumen, Alfonso, quizás es hora de que alguien te dé un cursillo acelerado de redes sociales, sobre feminismo necesitas una cátedra. O, mejor aún, ¡que alguien te quite el móvil! Porque, a veces, menos es más. Y en tu caso, definitivamente, menos tuits sería mucho más. ¡Vaya show!
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