«Si Andorra es el precio de vuestro pensamiento, de vuestra influencia, de vuestro verdadero valor; quizá deberíamos reconsiderar cuánto valéis realmente».»
Cada era tiene su grupo de autoproclamados «visionarios» y «rebeldes», aquellos que gustan de llevar la etiqueta de librepensadores como si fuese un accesorio de moda. Pero en los tiempos que corren, estos términos han sido secuestrados por un nuevo tipo de «pensador»: los influencers de pacotilla y streamers obsesionados únicamente con el lucro, vendiendo una superficialidad disfrazada de «libertad».
Hemos llegado al punto de verles lamentarse públicamente por la ‘ardua’ tarea de tener que estudiar un idioma con un curso de apenas 30 horas. ¡Qué esfuerzo tan titánico para aquellos que han elegido el cómodo refugio de Andorra, un país que coquetea peligrosamente con el estatus de paraíso fiscal! Su decisión de huir a este rincón montañoso no es un acto de rebeldía o un paso hacia la autenticidad, sino más bien una clara manifestación de su avaricia. Huir para evadir las responsabilidades fiscales en su país natal no es un acto de valentía, es un acto de egoísmo.
RELACIONADA
A lo largo de la historia, los auténticos «influencers» han sido personas que cuestionaban, debatían y proponían soluciones a los problemas de la sociedad, buscando mejorar el mundo en el que vivían, no esconderse en una burbuja dorada. Aquellos que inspiran con acciones y palabras, que promueven el cambio y no el egoísmo.
Estos «librepensadores al peso», como me gusta llamarles, han banalizado la esencia del término. Han reducido su rica tradición a una serie de selfies y streams vacíos de contenido, ofreciendo un espectáculo superficial que en nada contribuye al mejoramiento de la sociedad. Y es una lástima, porque tienen plataformas con el potencial de llegar a millones, pero eligen usarlas para fomentar el culto al yo y al dinero fácil.
RELACIONADA
Es hora de que exijamos más. Más profundidad, más responsabilidad y, sobre todo, más autenticidad. Así que, queridos «librepensadores al peso», si Andorra es el precio de vuestro pensamiento, de vuestra influencia, de vuestro verdadero valor; quizá deberíamos reconsiderar cuánto valéis realmente.
Relacionado
La hipocresía climática de las naciones ricas: una barrera para la justicia global
Las políticas de tarificación del carbono han probado ser insuficientes para enfrentar la magnitud del problema climático.
El Ministerio de Cultura elimina, por fin, el Premio Nacional de Tauromaquia
Esta medida no es solo una corrección de trayectoria en cuanto a la distribución de reconocimientos culturales, sino también un reflejo del cambio en la percepción pública hacia la tauromaquia.
El calor mata a docenas de personas y expertos lo califican como el «acontecimiento más extremo» de la historia climática
Los expertos son claros: el cambio climático está haciendo que fenómenos como las olas de calor sean hasta 100 veces más probables.
Vídeo | José Luis Sampedro: ¿Gente loca o gente manipulada?
Es necesario compartir esto de nuestro añorado José Luis Sampedro en la que nos hablaba de manipulación mediática y necesidad de educación para luchar contra ella.