El periodista Thomas L. Friedman expone cómo las decisiones de Netanyahu están conduciendo a Israel hacia un abismo de consecuencias catastróficas.
El periodista Thomas L. Friedman, en su artículo de opinión publicado en el prestigioso New York Times, expone de manera contundente cómo las decisiones del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, están conduciendo a Israel hacia un abismo de consecuencias catastróficas.
EL MINISTRO QUE HA PERDIDO EL RUMBO
En un giro alarmante, los dos funcionarios de defensa más importantes del gabinete de guerra de Netanyahu – el ministro de Defensa, Yoav Gallant, y el exjefe del Estado Mayor Militar, Benny Gantz – han advertido recientemente que el líder israelí está llevando a su país hacia un desastre. Netanyahu ha sido señalado por no presentar ningún plan para permitir que los palestinos no afiliados a Hamás gobiernen Gaza, sugiriendo en cambio una ocupación militar israelí a largo plazo. Gantz ha declarado que abandonará el gobierno si no se presenta un plan claro para el 8 de junio.
Thomas L. Friedman afirma en su artículo en el New York Times que Netanyahu “se ha convertido en un actor radical” que ha “socavado intereses clave de Estados Unidos y de sus aliados árabes y se ha tornado en el regalo que le da réditos a Irán.” Estas decisiones no solo afectan a Israel, sino también a la estabilidad regional y a los intereses de sus aliados.
LA POLÍTICA DESESPERADA Y LA DESTRUCCIÓN DE LA AUTORIDAD PALESTINA
Netanyahu ha estado ocupado promoviendo la idea de que no hay diferencia entre Hamás y la Autoridad Palestina. Esta comparación simplista y peligrosa ignora la realidad de que la Autoridad Palestina ha trabajado junto a Israel durante décadas para mantener la estabilidad en Cisjordania. Friedman destaca que Netanyahu “está machacando sin descanso la opinión pública israelí con que no hay diferencia entre Hamás… y la Autoridad Palestina laica… que se adhirió a los Acuerdos de Oslo a mediados de la década de 1990 pidiendo una solución de dos Estados.”
Gallant, alarmado por la falta de un plan post-Hamás, ha exigido repetidamente a Netanyahu una estrategia clara. Sin embargo, el primer ministro sigue sin proporcionar una respuesta, dejando a Israel con dos opciones igualmente desastrosas: el gobierno de Hamás en Gaza o una ocupación militar israelí. Friedman señala que Gallant ha declarado que “sin un plan… solo quedan dos opciones negativas: el gobierno de Hamás en Gaza o el gobierno militar israelí en Gaza.”
Netanyahu está llevando a cabo estas acciones bajo la influencia de los ministros supremacistas judíos de su gabinete, como Bezalel Smotrich e Itamar Ben-Gvir, quienes promueven la anexión de Gaza y la emigración forzada de sus residentes. Este enfoque extremista está siendo respaldado por Netanyahu, quien ha permitido que sus aliados de extrema derecha dicten la política de su gobierno. Ben-Gvir afirmó recientemente que “debemos fomentar la emigración voluntaria de los residentes de Gaza”, una declaración que refleja el tono radical del gobierno actual.
UNA POLÍTICA EXTERIOR FALLIDA Y SUS CONSECUENCIAS
La política exterior de Netanyahu ha sido igualmente desastrosa. Bajo su liderazgo, Israel ha sido superado estratégicamente por Irán, que ha ampliado su influencia en la región y ha avanzado en su programa nuclear. Netanyahu ha fracasado en contrarrestar estas amenazas, y sus decisiones han llevado a Israel a un aislamiento cada vez mayor en la escena internacional.
Friedman critica duramente las decisiones de Netanyahu, indicando que ha permitido que Israel sea “completamente superado por Irán” y que sus acciones han “forzado a decenas de miles de israelíes a abandonar las fronteras occidental y septentrional de Israel y aislando al país en la escena mundial a causa de Gaza.”
El rechazo constante de Netanyahu a cualquier plan que implique el control palestino sobre Gaza y su negativa a colaborar con la Autoridad Palestina han sido perjudiciales para la estabilidad y la seguridad a largo plazo de Israel. En lugar de buscar soluciones diplomáticas y cooperativas, Netanyahu ha optado por políticas que profundizan la división y el conflicto. Friedman subraya que Netanyahu ha “deslegitimado a la Autoridad Palestina” y ha promovido una narrativa que equipara a Hamás con Fatah, lo que priva a Israel de cualquier alternativa palestina legítima al gobierno de Hamás.
Esta falta de visión y de compromiso con soluciones de largo plazo está llevando a Israel a un callejón sin salida. La insistencia de Netanyahu en tratar a Hamás y a la Autoridad Palestina como entidades equivalentes solo sirve para debilitar cualquier esperanza de paz y estabilidad en la región. Friedman señala que esta estrategia “está llevando a algunos a preguntarse si estamos malinterpretando a Netanyahu,” sugiriendo que el primer ministro podría estar más alineado con la extrema derecha de lo que parece.
LA URGENCIA DE UN CAMBIO
La crítica de Friedman subraya la necesidad urgente de un cambio en la dirección política de Israel. Netanyahu debe reconocer que su enfoque actual está llevando al país hacia el desastre y que se requiere una estrategia que promueva la cooperación y la paz. Sin un plan claro y una visión a largo plazo, Israel corre el riesgo de convertirse en un paria internacional, con consecuencias devastadoras para su población y su posición en el mundo.
Friedman concluye que “Israel se convertirá en un paria internacional” si continúa por este camino, y que las instituciones judías en todo el mundo se verán divididas entre aquellos que sentirán la necesidad de defender a Israel a toda costa y quienes lo considerarán indefendible. La situación actual es una advertencia clara de los peligros de la política de Netanyahu.
El futuro de Israel está en juego, y las decisiones tomadas hoy tendrán un impacto duradero en la seguridad y el bienestar del país. Netanyahu debe dejar de lado las políticas de confrontación y trabajar hacia una solución que beneficie a todas las partes involucradas. La supervivencia a largo plazo de Israel depende de ello.
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