17 Abr 2024
DESTACADA, Trabajo

Vídeo | El imprescindible y aplaudido discurso de Oskar Matute sobre derechos humanos y precariedad laboral 

“Que genere más debate cualquier vómito de la ultraderecha que discursos como este, es cosa de los medios”, señaló el periodista Miquel Ramos sobre el discurso de Matute

Este martes, el diputado de EH Bildu, Oskar Matute, durante su intervención en el Congreso de los Diputados ha pedido más inspecciones frente a la precariedad y explotación que sufren los jornaleros. Este ha sido su discurso:

«Muchas veces para que en esta Cámara se tomen decisiones, para que en esta Cámara seamos sensibles ante los sufrimientos, es importante que haya gente, que haya colectivos que denuncien, que hagan una labor de persecución de verdaderas aberraciones».

«Eso es lo que ha hecho el sindicato andaluz de trabajadores durante años. Porque aquí se ha hablado de las excepciones y no voy a negar que sean excepciones, pero son unas cuantas. Son excepciones que tienen nombres y que aterrizan donde hay gente muy honrada pero que se le hacen prácticas deleznables».

«Podríamos hablar de Almonte, de Palos de la Frontera, de Huelva, de Almería, de Sevilla…Podríamos hablar de cómo en el campo andaluz se ha permitido durante mucho tiempo se den prácticas de precariedad y de semi-esclavitud. Y no estoy hablando ni de Ohio, ni de Virginia, ni del siglo XIX ni de los estados esclavistas de los actuales estados de América».

«Estoy hablando de que existe una legislación y, pese a que la mayoría de los industriales agrícolas hagan bien las cosas, se está permitiendo que otra gente desalmada esté explotando a seres humanos. Y esa es la realidad con la que hoy tendríamos que empezar a acabar, por eso nosotros veíamos de este modo, y no de otro, esta iniciativa».

Matute

«Cierto es. No se puede criminalizar, pero es muy absurdo que nos agarremos solo a que no se puede criminalizar a determinados sectores para a la vez no hacer nada con otros que conviven con aquellos a los que no se puede criminalizar, es decir, que permitamos que unos lo hagan bien y que otros exploten a personas. Porque en definitiva es eso, precariedad, explotación y semi-esclavitud. ¿Y con quién? Pues con los más vulnerables, con todas esas personas que carecen de papeles, con todas esas personas que se encuentran en situación irregular. Personas a las que se vejan, a las que se someten a condiciones laborales que no querría para nadie o que no querría ninguno de ustedes para ninguno de sus allegados ni de sus allegadas».

«Y esa es la realidad en la que tienen que malvivir y ante la que muchas veces se ha hecho oídos sordos para no perjudicar al campo, aún cuando se estaba perjudicando al propio campo mirando para otro lado. Porque son trabajos duros y precarizados de esos que decíamos que eran sectores esenciales. No sé si se acuerdan de los sectores esenciales de los primeros meses de la pandemia, ahí estaban también los trabajadores del campo. Nadie miró si tenían papeles o no, se les pidió que fueran a trabajar y no se miró siquiera las condiciones laborales en las que lo hacían y en las condiciones de destajo y de explotación en las que tenían que malvivir».

«Pues yo creo que que haya más inspectores para que acaben con esas prácticas no es solo una necesidad sino que es algo que le debemos a todos aquellos que se han partido el lomo para que llegaran alimentos a nuestras casas y para que todos pudiéramos llevar de la mejor manera posible esos duros tiempos».

«Pero además, esta circunstancia revela un dato muy evidente y es que hay dos relatos. Hay quien piensa que los migrantes son los culpables de todo, hay quien piensa que los migrantes son los que nos vienen a robar, los que vienen a violar a nuestras hijas, los que vienen a vivir de las ayudas y de las ‘paguitas’. Pero en realidad lo que no se quiere decir es que cientos de miles de personas migrantes están trabajando en el campo haciendo los trabajos que ustedes no querrían hacer y están haciéndolo además recordándoles a ustedes y a todos y a todas que en este Estado si algo hay es memoria migrante, porque en este Estado, en algún momento de su historia, muchos de nosotros o de nosotras o de nuestros antepasados tuvieron que salir a buscarse fuera lo que aquí no eran capaces de obtener».

«Y nos alegra que se vaya más allá de las inspecciones del campo porque nos mete más en el debate. Es una realidad que observamos por solidaridad pero que quizá no vivamos en la misma intensidad que los compañeros y compañeras de la nación andaluza. Pero creemos que hacen falta más inspectores, que hacen falta más medios, que hace falta más alcance en las decisiones y que, sobre todo, hace falta más cobertura legal para que lo que los inspectores detectan y quieren sancionar puedan hacerlo».

«Porque hasta ahora la reforma de 2012 permitía que el papel de los inspectores quedara maniatado, quedara limitado por las capacidades y por las necesidades de las grandes empresas. Por eso nos alegramos de que se amplíe el radio de acción de las denuncias a realizar por las inspecciones. Y creemos que hay que prestar atención al papel de las mujeres en el mercado laboral, porque sigue existiendo una brecha de cristal, porque sigue existiendo el techo de cristal y porque sigue existiendo la brecha de género. Porque vemos en diferentes medios que muchos empresarios están utilizando las horas extras para compensar al alza a los hombres frente a las mujeres».

«Y creemos también que hay que acabar con la temporalidad y con el fraude que se da en la misma y del cual son copartícipes en buena medida las empresas de trabajo temporal. Y creemos también que hay que mirar también al sector industrial porque no es normal que muchas de las empresas vascas estén viendo que entre las gentes que despiden siempre están las mujeres que tienen reducción de jornada por haber hecho algo que esta sociedad les empuja y les dice que hay que hacer, que es atender al cuidado de la corresponsabilidad en el cuidado de nuestros menores».

«Y termino con una cuestión. Vamos a apoyar por solidaridad internacionalista y porque muchos de los vascos y vascas de izquierdas de nuestro país tienen grabado aquello que decían los reincidentes de que: ‘Que mi voz suba hasta el monte, mi voz baje al barranco, hasta que los jornaleros se apoderen de los campos’. Y así sea».

El periodista Miquel Ramos se ha hecho eso del discurso de Matute y ha escrito en su cuenta de Twitter: «Que genere más debate cualquier vómito de la ultraderecha que discursos como este, es cosa de los medios. Prefieren el espectáculo y la polémica absurda a hablar de derechos humanos y precariedad laboral».