La ONU advierte que, si no se hace nada, se prevé que para este verano 350.000 de los 1,4 millones de niños con desnutrición severa que hay en el país perecerán
Somalia está viviendo su peor sequía en décadas y cerca cerca del 40% de la población se enfrenta en estos momentos a una situación de inseguridad alimentaria extrema con probables focos de hambruna en seis zonas del país, debido a las dificultades que ocasiona esta situación.
A medida que se agrava la sequía, los niños menores de cinco años son las personas más vulnerables, ya que el acceso a los alimentos y a la leche es muy escasa debido al aumento de los precios de los productos básicos y a las pérdidas de ganado. Es probable que casi la mitad de la población del país menor de cinco años sufra desnutrición aguda para junio.
«Si no se cubre el déficit de financiación, las tasas de desnutrición seguirán aumentando, y los niños podrían sufrir una situación de malnutrición grave y sufrir enfermedades evitables. La pérdida de niños por inanición sería una derrota para la humanidad», dijo Angela Kearney, representante de UNICEF en Somalia.

Adam Abdelmoula, de la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), advierte que si no se hace nada, se prevé que para este verano 350.000 de los 1,4 millones de niños con desnutrición severa que hay en el país, perecerán.
Además, añade que en el país, ya el 70% de los niños en edad escolar no asisten a la escuela y esa será la tendencia en muchas áreas afectadas por la sequía. Asimismo, lamenta que a algunas niñas las están casando antes de tiempo porque sus familias no pueden alimentarlas.
«Estamos a punto de empezar a quitarle la comida a los hambrientos para alimentar a los famélicos»
El representante del Programa Mundial de Alimentos en Somalia, El-Khidir Daloum, señaló que «estamos literalmente a punto de empezar a quitarle la comida a los hambrientos para alimentar a los famélicos».
«Nos vemos obligados a establecer prioridades entre nuestros limitados recursos y (esta situación) no podría llegar en peor momento, ya que estamos en vísperas de una catástrofe humanitaria en Somalia. Este es un año de necesidades humanitarias y hambre sin precedentes, pero imploro al mundo que no dé la espalda a Somalia ni espere hasta que sea demasiado tarde. Hay millones de vidas en juego», añadió.
La sequía ha afectado a 4,5 millones de personas y casi 700.000 personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares en busca de comida y agua, cuyos precios están aumentando, para ellos y sus animales. Las aldeas se están quedado desiertas a medida que la gente se acerca a los centros urbanos en busca de alivio. Solo quedan atrás los ancianos con la esperanza de que llueva o que los más jóvenes regresen con agua.
Al río Juba, el más caudaloso de Somalia, apenas le queda agua y a lo largo de los caminos en las áreas rurales hay cadáveres de animales esparcidos por todas partes.
La sequía también ha separado a las familias: los hombres se han ido a las ciudades para ganarse la vida, mientras que las mujeres y los niños se mudan a donde puedan obtener ayuda.
A pesar de que las agencias humanitarias están tratando de enviar camiones de agua, suministros de alimentos y ayuda médica, esto no alcanza para todos y en las próximas semanas será difícil, a menos que haya más fondos y donaciones disponibles. Dicen que hay una gran crisis de financiación: tienen apenas el 3 % de lo que se necesita para intervenir en el país.
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