No se puede decir que Felipe Juan Froilán no sepa cómo hacer una fiesta.
Parece que el que ya podemos bautizar como «príncipe de la fiesta», Felipe Juan Froilán de Marichalar, se encontraba en after-hour el domingo por la mañana, pero antes de que pudiera pedir otra ronda, la policía municipal de Madrid llegó y le dio un mensaje claro: «¡La fiesta se ha acabado!».
Según el informe del periódico El Mundo, la policía tuvo que desalojar el local donde se encontraba el hijo de la infanta Elena y nieto del rey emérito Juan Carlos I. 229 personas estaban allí, pero sólo se autorizó a 99. Además, había menores de edad y drogas por todas partes, especialmente «tusi o cocaína rosa».
Froilán se encontraba en su propia pequeña fiesta privada en una de las estancias del local, que contaba con camas donde los jóvenes fumaban en cachimba, tomaban drogas y bebían alcohol.
La fiesta se llevaba a cabo en la calle Orense en el barrio de Azca de Madrid. Algunos vecinos se quejaron del ruido y la policía llegó para investigar a las 9:00 a.m. Al entrar, los agentes descubrieron que en los reservados VIP había entre 10 y 20 personas, mientras que en la sala principal había 179 personas cuando el límite era de 61.
Related posts
SÍGUENOS
La Tierra se encamina a perder 100.000 glaciares mientras continúa la inacción política
El calentamiento global no es una abstracción científica, es una cuenta atrás con nombres, fechas y consecuencias irreversibles
Trump demanda a la BBC, pero el periodismo se niega a ceder
El presidente de Estados Unidos vuelve a usar los tribunales como arma política contra un medio público que se niega a pedir permiso para contar los hechos.
Meloni y el camino del odio que gusta en la UE
Europa legitima la deportación como política y la ultraderecha italiana se frota las manos
Vídeo | La DANA que arrasó Valencia y la política que se escondió detrás de una mochila
Marina Lobo desmenuza el caos, las mentiras y la cadena de irresponsables
La mentira humanitaria: cómo Occidente troceó Sudán para después fingir sorpresa
Quinndy Akeju explica la historia que los titulares evitan
Seguir
Seguir
Seguir
Subscribe
Seguir