Mia Khalifa, una de las figuras más reconocidas del cine para adultos, ha enfrentado una lucha constante para eliminar de internet el contenido de sus días en esta industria. A pesar de su breve paso por el mundo de este sector, que duró, según sus palabras, desde octubre de 2014 hasta febrero de 2015, los videos en los que participó siguen siendo algunos de los más vistos en la red. Esta situación se agrava al considerar que, según la propia Khalifa, la productora que la contrató, BangBros, solo le habría pagado 12.000 dólares por todo el trabajo que realizó durante ese tiempo. Una cifra que, según ella, es irrisoria dada la magnitud de su exposición y los malos tratos que recibió durante los rodajes.
Mia ha expresado en diversas ocasiones su descontento con la industria, mencionando que su experiencia fue traumática y que sufre de estrés postraumático a raíz de esos videos. En sus palabras: “Se activa principalmente cuando salgo a la calle porque siento que la gente puede ver a través de mi ropa y me da mucha vergüenza y me hace sentir como si hubiera perdido toda mi privacidad. Porque estoy a una búsqueda de Google.” Estas declaraciones fueron realizadas en una entrevista con Stephen Sackur en el programa Hard Talk de la BBC.
UN GIRO INESPERADO: LA POLÍTICA ENTRA EN JUEGO
Sin embargo, en un giro irónico, no fue su lucha contra la industria del cine para adultos lo que llevó a la eliminación de su contenido, sino, finalmente, su postura política. Al expresar abiertamente su apoyo a la causa palestina, Mia Khalifa atrajo la atención y el descontento de grandes corporaciones, incluida Playboy. La revista optó por terminar su contrato con Khalifa y eliminar su canal de sus plataformas digitales.
La ironía es palpable: mientras que sus denuncias y su esfuerzo para olvidar su pasado no fue suficiente para que las empresas retiraran su contenido, su apoyo a una causa justa sí lo fue. Como señaló la abogada de la futbolista Jenni Hermoso, Carla Vall i Duran, en un comentario cargado de sarcasmo: “Parecía que no podía, pero se podía, solo había que apoyar lo justo”.
REFLEXIÓN SOBRE LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN
Este incidente nos lleva a reflexionar sobre la libertad de expresión y los límites que las corporaciones están dispuestas a imponer cuando las opiniones no se alinean con sus intereses o posturas. Mia Khalifa ha abierto un debate sobre la autonomía, los derechos de las y los artistas y la influencia de la política en decisiones corporativas.
En un mundo donde la libertad de expresión se ve constantemente amenazada, la historia de Mia Khalifa nos recuerda la importancia de alzar la voz, defender lo que es justo y no dejarse silenciar por intereses comerciales o políticos.
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