La Casa Blanca se alinea con Google, Meta y Amazon para atacar la soberanía digital brasileña
Trump, las ‘big tech’ y la guerra comercial contra Brasil: un chantaje disfrazado de diplomacia
La Casa Blanca se alinea con Google, Meta y Amazon para atacar la soberanía digital brasileña
EL BRAZO POLÍTICO DE LAS BIG TECH
No es casualidad. La escalada de Donald Trump contra Brasil —aranceles del 50% a sus productos, amenaza de represalias y una investigación bajo la Sección 301 de la Ley de Comercio de 1974— no nace de un repentino interés por la democracia brasileña ni por el juicio a Jair Bolsonaro. Detrás del gesto geopolítico hay un nombre y un músculo financiero: la Computer & Communications Industry Association (CCIA), un lobby sostenido por Google, Meta, Microsoft, Amazon, Uber, Apple, Pinterest y E-Bay, que ha decidido que la soberanía digital brasileña es un obstáculo para sus ganancias.
En octubre de 2024, la CCIA entregó a la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos un mapeo detallado de todas las leyes y medidas brasileñas que limitaban el poder sin freno de las plataformas. Desde la Ley General de Protección de Datos (LGPD), más estricta que la normativa estadounidense, hasta el proyecto de ley 2.338/2023 que pretende regular la inteligencia artificial, pasando por la tasa a las compras internacionales menores de 50 dólares. La hoja de ruta era clara: Washington debía intervenir para debilitar esas normas.
Trump no tardó en cumplir. El 9 de julio de 2025, desde su red Truth Social, anunció el castigo arancelario y la apertura de una investigación que apunta directamente a pagos digitales, comercio electrónico, propiedad intelectual y regulación ambiental brasileña. Minutos después, la CCIA aplaudía la decisión en un comunicado público, dejando al descubierto quién dicta realmente la agenda comercial estadounidense.
LA SOBERANÍA DIGITAL EN EL PUNTO DE MIRA
Brasil lleva años intentando que las big tech rindan cuentas en su territorio. Multó a X (la plataforma de Elon Musk) por incumplir órdenes judiciales, prohibió temporalmente su operación por carecer de representación legal en el país y empezó a discutir la soberanía digital para obligar a estas corporaciones a tener parte de su capital social bajo control brasileño. Además, adoptó impuestos mínimos del 15% para multinacionales y estudia una contribución del 5% al Fondo Universal de Telecomunicaciones por uso de red.
Cada uno de esos pasos ha sido incluido en el informe de la CCIA como un “ataque al libre comercio” y, por lo tanto, una “justificación” para que EE.UU. intervenga. El libre comercio que defienden no es más que un comercio libre para sus monopolios: libre de impuestos, libre de regulación, libre de responsabilidades con los usuarios y con los Estados.
El caso contra Brasil replica el método ya aplicado contra China y la Unión Europea: usar la Sección 301 como arma política para presionar a gobiernos soberanos y torcer sus políticas internas en beneficio de corporaciones estadounidenses. La misma estrategia que permitió a Trump desatar una guerra arancelaria global bajo el lema de “América primero”, que en realidad significa Wall Street primero, Silicon Valley primero.
Mientras tanto, las protestas se multiplican en São Paulo y otras ciudades brasileñas, donde miles de personas denuncian que el castigo de Trump no es una medida diplomática sino una forma de chantaje comercial para blindar los privilegios de Google, Meta, Amazon y compañía, a costa de la economía brasileña y de sus intentos por regular la selva digital.
Brasil respondió con un decreto firmado por Lula para aplicar medidas recíprocas y recordó a Washington que es “un país soberano, con instituciones independientes, y no aceptará ninguna forma de tutelaje”. La frase es mucho más que un gesto diplomático: es un aviso a un modelo de poder que pretende someter gobiernos electos a las reglas no escritas de unas pocas corporaciones.
El mensaje de fondo es brutal: quien intente poner límites al poder de las grandes tecnológicas pagará el precio en sanciones y amenazas de Washington. Y ese precio lo pagarán las y los trabajadores brasileños que verán caer exportaciones, empleos y salarios, mientras en Silicon Valley descorchan champán por haber torcido una política pública a su favor.
Fuentes:
https://www.opendemocracy.net/es/brasil-trump-gigantes-tecnol%C3%B3gicas-google-meta-x-aranceles-investigaci%C3%B3n-comercio-ccia/
Agência Pública
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