En determinados países, esta práctica está sujeta a regulación o es considerada un delito. En España no.
El hecho de que una persona que ha ejercido un cargo público acabe en el consejo de administración de una eléctrica, un banco o una constructora, por mucho que sea una práctica bastante habitual, levanta siempre enormes sospechas. El término «puerta giratoria» toma un sentido especialmente peyorativo en la medida que se aplica a funcionarios que pasan de una administración que ejerce el control sobre una industria en particular a una empresa de dicha industria. En determinados países, esta práctica está sujeta a regulación o es considerada un delito. En España no.
De siete presidentes del Gobierno que ha tenido España desde la muerte de Francisco Franco, tres de ellos terminaron en las eléctricas: Leopoldo Calvo Sotelo, Felipe González y José María Aznar.
Leopoldo Calvo Sotelo, segundo presidente del Gobierno de España desde la reinstauración de la democracia entre febrero de 1981 y diciembre de 1982, además de marqués de la Ría de Ribadeo y grande de España, fue fichado por Unión Fenosa, ahora Naturgy, en 1998 en donde ejerció el cargo en el consejo de administración de la compañía hasta 2002.

En 2010, Felipe González, fichaba como consejero de Gas Natural con un sueldo mínimo de 126.500 euros anuales. Cinco años después, el expresidente abandonó su puesto ya que el trabajo le resultaba “aburrido”.
En 2014, José María Aznar, que impulsó la privatización definitiva del sector, fichó como asesor del Consejo de Administración de Endesa con un sueldo de 200.000 euros anuales, ampliables a 300.000.
También, más de 20 ministros, tanto del PSOE como del PP, ocuparon altos cargos del sector como por ejemplo, Miguel Boyer, Joan Majó i Cruzate, Josep Borrell, Narcís Serra i Serra, Javier Solana, Ángeles Amador Millán, Luis María Atienza Serna, Jordi Sevilla, Pedro Solbes, Beatriz Corredor, Jordi Sevilla, Cristina Garmendia y Elena Salgado. Si sumamos además, secretarios de Estado, consejeros y demás cargos políticos, en las filas del PSOE, una treintena de nombres han pasado por las «puertas giratorias».
En cuanto al Partido Popular, ministros como Rodolfo Martín Villa, Isabel Tocino, Josep Piqué, Ángel Acebes, Pío Cabanillas Alonso, Ana Palacio, Luis de Guindos, Fátima Báñez e Isabel García Tejerina también pasaron de la política a las eléctricas. Es decir, 36 cargos del PP acabaron trabajando para las eléctricas.
Enagás, dedicada al transporte de gas natural en España, cuenta en la actualidad con varios políticos: Marcelino Oreja Arburúa, eurodiputado popular e hijo de Marcelino Oreja Aguirre, ocupa el cargo de consejero delegado y las exministras Isabel Tocino y Ana Palacio (PP); José Montilla (PSOE), exministros y expresidente de la Generalitat de Cataluña, y José Blanco (PSOE) se encuentran en el consejo de administración.
El último miembro de la clase política en sumarse a la lista de eléctricas es el exdiputado en la Asamblea de Madrid y exconcejal del ayuntamiento de Madrid, Antonio Miguel Carmona, que se convertirá en vicepresidente de Iberdrola con el objetivo de intentar “limpiar la imagen de la compañía”, que atraviesa “unos momentos delicados de reputación debido a la crisis energética”.
Bancos, telecos, constructoras o aerolíneas
Pero tras su salida de la función pública, los políticos también han sido acogidos en bancos, telecos, constructoras o aerolíneas. El exministro popular Abel Matutes estuvo más de una década en el consejo de administración del Banco Santander mientras que Matías Rodríguez Inciarte, de la extinta UCD, sigue vinculado a la entidad, siendo presidente de Santander Universidades y vicepresidente de Universia, tal y como recoge 20minutos.es.
Por otra parte, entre 2009 y 2016 el exministro socialista Josep Borrell trabajó para la constructora Abengoa, Miguel Sebastián, trabaja en la actualidad en el consejo de administración de la consultora Indra y Javier Solana trabajó para Acciona como consultor externo para temas internacionales.
En el sector de las telecomunicaciones, Eduardo Zaplana, fue fichado por Telefónica en 2008 y se desvinculó de la compañía el año pasado y Josep Piqué fue presidente de la aerolínea Vueling desde diciembre de 2007 hasta agosto de 2013.
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