El protocolo Sheeran: cómo sobrevivir al colapso sin un puto móvil
La renuncia de Ed Sheeran al teléfono no es excentricidad: es resistencia frente a una sociedad que confunde productividad con existencia.
La patronal quiere cárcel para quienes luchan: criminalizar la huelga es su única negociación
Enrique Conde, presidente de la CEOE cántabra, exige mano dura contra trabajadores en huelga mientras blanquea el abuso patronal y el saqueo empresarial.
El fascismo mata. Y por fin alguien se atreve a llamarlo por su nombre: terrorismo
Francia investiga por primera vez como terrorismo un asesinato racista de ultraderecha
No es envidia, es hartazgo
La patronal de los caseros se victimiza mientras exprime los salarios de quienes no tienen más remedio que alquilar para vivir
Ciudad Real en pie: huelga en Vestas por dignidad laboral
Cuando el viento mueve millones, pero no derechos
Asturias en pie por la inclusión: educadoras al límite, administración ausente
El profesorado que sostiene la inclusión denuncia una situación insostenible provocada por decisiones políticas deliberadas
Más allá del alquiler: ¿puede el cooperativismo salvar el derecho a techo?
Cuando se elimina el ánimo de lucro, aparece una idea escandalosa: vivir dignamente
Los jueces no se tocan: anatomía de un tabú democrático en España
Una democracia a medias: cuando el poder que no se vota impone sus reglas
La paradoja de la escasez en la era del despido masivo
El capital llora por falta de manos mientras corta cabezas
¿Qué queda del sueño americano cuando ya no queda quién lo trabaje?
El capitalismo ha agotado su propia maquinaria humana. Ahora intenta sobrevivir sin obreros, sin sentido y sin alma.
El protocolo Sheeran: cómo sobrevivir al colapso sin un puto móvil
La renuncia de Ed Sheeran al teléfono no es excentricidad: es resistencia frente a una sociedad que confunde productividad con existencia.
Una camiseta que decía ‘Palestine’ y un Parlamento que no tolera la disidencia
Cansın Köktürk fue expulsada del Bundestag por llevar una camiseta, pero el problema no era la ropa: era Palestina.
El exterminio ya no es tabú: casi la mitad de la población judía israelí apoya matar a todos los palestinos de Gaza
Una encuesta revela el colapso ético de una sociedad que ha normalizado el genocidio como política de Estado
Maternidad o barbarie
La libertad de no ser madre no debería escandalizar a nadie en 2025. Y sin embargo…
Vídeo | Hasbara: blanqueando el genocidio
Mientras bombardea Gaza, el Estado israelí despliega una campaña global de imagen financiada con dinero público, desde los escenarios hasta los algoritmos