29 Abr 2024

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Cien mujeres de la historia | 8/100 – Jane Goodall: la voz que transformó la primatología
Cien mujeres de la historia, Historia

Cien mujeres de la historia | 8/100 – Jane Goodall: la voz que transformó la primatología 

En el vasto tapiz de la historia humana, hay individuos que, con su pasión y determinación, cambian el curso de nuestra comprensión del mundo natural. Estas personas, a menudo impulsadas por una curiosidad insaciable, desafían las normas establecidas y nos llevan a reconsiderar nuestras propias percepciones sobre la vida en la Tierra. Jane Goodall, con su dedicación a los chimpancés y su enfoque revolucionario en la primatología, es indudablemente una de esas figuras. Su viaje, que comenzó en los verdes bosques de Tanzania y la llevó a los estrados de conferencias internacionales, no solo ha redefinido nuestra relación con los primates, sino que también ha cuestionado y ampliado nuestra comprensión de lo que significa ser humano.

Desde los albores de la humanidad, hemos buscado comprender a las criaturas que comparten nuestro mundo. A menudo, este deseo de comprensión nos ha llevado a observar, estudiar y aprender de nuestros parientes más cercanos: los primates. Entre las figuras más destacadas en este campo, Jane Goodall se erige como una pionera y defensora incansable de los chimpancés. Su vida y obra han dejado una marca indeleble en la primatología, la conservación y nuestra comprensión de la naturaleza humana.

Este artículo está incluido dentro del especial ‘Cien mujeres de la historia’, que puedes explorar aquí.

L INICIO DE UNA PASIÓN

Jane Goodall nació en Londres en 1934, en el seno de una familia que valoraba la curiosidad y el amor por la naturaleza. Desde sus primeros años, Jane mostró un interés innato por el mundo animal. Su madre, Margaret Myfanwe Joseph, a menudo relataba historias de cómo la pequeña Jane se maravillaba con los animales que encontraba en su jardín, desde aves hasta insectos. Esta fascinación infantil se manifestó de manera más concreta con la adquisición de un peluche de chimpancé llamado Jubilee, que, según su autobiografía, fue un regalo de su padre. Aunque para muchos podría parecer un simple juguete, para Jane, Jubilee se convirtió en un símbolo de su amor por los animales y, en particular, por los primates.

A medida que crecía, su pasión por el mundo animal solo se intensificaba. Consumía vorazmente libros sobre África y la vida salvaje, soñando con el día en que podría viajar a ese continente lejano y misterioso para estudiar a los animales en su hábitat natural. A pesar de las limitaciones de la época, que a menudo desanimaban a las mujeres a seguir carreras científicas, Jane nunca dejó que esos obstáculos socavaran su determinación.

Su oportunidad llegó en 1957, cuando se encontró con el paleontólogo Louis Leakey. Reconociendo su pasión y su aguda capacidad de observación, Leakey vio en Jane a la candidata perfecta para un proyecto que tenía en mente: un estudio a largo plazo sobre los chimpancés en su hábitat natural. A pesar de no tener una formación formal en primatología o en cualquier otro campo científico, Jane fue seleccionada para la tarea, una decisión que cambiaría el curso de la primatología para siempre.

En 1960, armada con una libreta, binoculares y una determinación inquebrantable, Jane Goodall llegó a las orillas del Lago Tanganyika, en lo que hoy es el Parque Nacional Gombe Stream en Tanzania. Lo que inicialmente iba a ser un proyecto de unos pocos meses se convirtió en una misión de toda una vida. A través de la paciencia y la observación meticulosa, Jane comenzó a descubrir secretos del comportamiento de los chimpancés que hasta entonces eran desconocidos para la ciencia. Su enfoque no convencional, que incluía nombrar a los chimpancés y observarlos como individuos con personalidades y emociones, le permitió obtener insights que otros investigadores habían pasado por alto.

El viaje de Jane Goodall desde una niña londinense fascinada por los animales hasta convertirse en la principal experta mundial en chimpancés es una historia de pasión, determinación y un amor inquebrantable por el mundo natural. Su inicio en la primatología no solo redefinió el campo, sino que también sentó las bases para una carrera que ha inspirado a millones en todo el mundo.

DESAFÍOS Y CONTRIBUCIONES

A pesar de sus descubrimientos pioneros y su enfoque innovador, el camino de Jane Goodall no estuvo exento de obstáculos. Su entrada en el mundo de la primatología, un campo dominado en gran medida por hombres y por aquellos con formación académica formal, fue recibida con escepticismo por muchos en la comunidad científica. Su falta de formación formal y su decisión de nombrar a los chimpancés, en lugar de asignarles números impersonales, fue motivo de crítica. Algunos argumentaban que su enfoque antropomorfizaba a los animales y, por lo tanto, comprometía la objetividad de sus observaciones.

Sin embargo, con el tiempo, la meticulosidad y profundidad de su trabajo comenzaron a ganar reconocimiento. Uno de sus descubrimientos más notables fue observar a los chimpancés utilizando herramientas, específicamente palos, para extraer termitas de sus montículos. Hasta ese momento, se creía que solo los humanos eran capaces de usar herramientas. Este hallazgo, como se destaca en este estudio de la revista Nature, no solo redefinió nuestra comprensión de los chimpancés, sino que también desafió las percepciones establecidas sobre la exclusividad humana en el uso de herramientas.

Más allá de sus contribuciones a la primatología, Goodall también se convirtió en una defensora apasionada de la conservación y el bienestar animal. A medida que pasaba más tiempo en Gombe, se dio cuenta de las amenazas que enfrentaban los chimpancés, desde la pérdida de hábitat hasta la caza furtiva. En respuesta, fundó el Jane Goodall Institute en 1977. Esta organización, que comenzó como un pequeño grupo dedicado a la investigación y conservación de los chimpancés, ha crecido hasta convertirse en una fuerza global en la conservación y el bienestar animal.

Además, Goodall ha sido una defensora incansable de la educación y la juventud. En 1991, lanzó «Roots & Shoots», un programa educativo global que busca inspirar a jóvenes de todo el mundo a tomar medidas en sus comunidades para resolver desafíos sociales y ambientales. Su creencia en el poder de la juventud para cambiar el mundo ha llevado a este programa a más de 50 países, impactando a miles de jóvenes.

A lo largo de los años, Goodall también ha utilizado su plataforma para abogar por la paz, los derechos humanos y la justicia social. Su visión holística del mundo reconoce la interconexión entre la conservación, los derechos humanos y el bienestar animal.

EL LEGADO DE JANE GOODALL

El impacto de Jane Goodall en el mundo de la primatología y la conservación es innegable, pero su legado va mucho más allá de sus descubrimientos científicos. Ha dejado una huella imborrable en la forma en que entendemos nuestra relación con el mundo natural y cómo nos vemos a nosotros mismos como especie.

Uno de los aspectos más significativos de su legado es la humanización de la investigación animal. Antes de Goodall, la norma en la investigación primatológica era tratar a los animales como sujetos impersonales, identificados por números en lugar de nombres. Sin embargo, al nombrar a los chimpancés y reconocer sus personalidades y emociones individuales, Goodall nos mostró que estos animales tienen vidas ricas y complejas, llenas de alegría, dolor, amor y conflicto. Esta perspectiva ha llevado a un cambio radical en la forma en que se lleva a cabo la investigación animal y ha impulsado un movimiento más amplio hacia el reconocimiento de los derechos de los animales.

Además, Goodall ha sido una pionera en la integración de la comunidad local en esfuerzos de conservación. Reconociendo que la protección de los chimpancés y su hábitat no puede lograrse sin el apoyo de las comunidades locales, el Jane Goodall Institute ha implementado programas que no solo se centran en la conservación, sino también en mejorar la vida de las personas en las áreas circundantes. Estos programas incluyen educación, salud y desarrollo sostenible, creando un modelo de conservación holístico que beneficia tanto a las personas como a los animales.

El alcance global de su mensaje es otro aspecto crucial de su legado. A través de sus numerosas charlas, libros y documentales, Goodall ha llevado su mensaje de esperanza, conservación y coexistencia a millones de personas en todo el mundo. Su documental «Jane», producido por National Geographic, es un testimonio conmovedor de su vida y su relación con los chimpancés de Gombe. Esta película, junto con sus numerosas publicaciones, ha inspirado a generaciones de jóvenes científicos, conservacionistas y activistas.

Por último, pero no menos importante, el legado de Goodall se refleja en las generaciones de científicos y conservacionistas que ha mentorizado y inspirado. Muchos de los líderes actuales en primatología y conservación citan a Goodall como una influencia clave en su elección de carrera y en su enfoque hacia la investigación y la conservación.

En resumen, el legado de Jane Goodall es multifacético y duradero. Ha redefinido no solo cómo estudiamos a los primates, sino también cómo nos relacionamos con el mundo natural. A través de su pasión, empatía y determinación, ha mostrado que cada individuo tiene el poder de marcar una diferencia y ha dejado un mundo mejor para las generaciones futuras.