La policía israelí volvió a atacar manifestantes palestinos en las afueras de la Ciudad Vieja de Jerusalén.
El pasado viernes la policía israelí dejó a más de 200 personas israelíes heridas tras irrumpir en la mezquita de Al Aqsa de Jerusalén «con pelotas de goma y granadas paralizantes contra los fieles que seguían los rezos nocturnos», afirma la periodista Olga Rodríguez enlazando un vídeo de Arwa Ibrahim.
Estos enfrentamientos se enmarcan dentro del actual contexto de aumento de las hostilidades a lo largo del último mes en la Jerusalén Oriental ocupada y en concreto, los del viernes «estallaron después de que la Policía israelí irrumpiera en la Explanada de las Mezquitas, donde se encuentra la mezquita de Al Aqsa, después de que cientos de palestinos se negaran a abandonar el lugar tras los rezos nocturnos en protesta por los planes de desahucio de familias palestinas en el barrio de Sheij Jarrá, en Jerusalén Este».
Sin embargo, anoche se replicaban los disturbios, esta vez radicados en la zona de la Puerta de Damasco, tal y como informa RTVE.
Esta nueva jornada, «donde la Policía israelí ha lanzado gases lacrimógenos y ha disparado balas de goma», se han reportado al menos 90 heridos, según recoge el diario The Jerusalem Post.
Los periodistas de la AFP, dispersados el sábado por la noche en diferentes barrios de Jerusalén Este, afirman que «las fuerzas del orden israelíes utilizaron granadas ensordecedoras, balas de caucho y también un cañón de agua pútrida para dispersar a los palestinos, algunos de los cuales lanzaron piedras y botellas en dirección de los policías».
El Movimiento de Resistencia Islámica Palestina, Hamás, en consecuencia, pidió a las facciones de la resistencia palestina en Gaza que «estén preparadas para cualquier escalada israelí en la mezquita de Al-Aqsa y en los barrios de Jerusalén», según ha anunciado en un comunicado.
Hamás declaró que «los colonos de la ocupación israelí profanan nuestros lugares sagrados e intentan obligar a los palestinos de Sheikh Jarrah a abandonar su ciudad natal».
«Israel está actuando responsablemente para aplicar la ley y garantizar el orden público en Jerusalén, al tiempo que preserva la libertad de culto en los lugares sagrados», defendió el primer ministro en funciones israelí, Benjamín Netanyahu.
Por su parte, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmoud Abbas, pidió al embajador palestino en la Organización de Naciones Unidas (ONU), Riyad Mansour, solicitar una reunión del Consejo de Seguridad del organismo internacional para debatir la situación en Jerusalén.
Internacionalmente se ha pronunciado la Liga Árabe, que condenó en un comunicado la actuación de las fuerzas de seguridad israelíes y, en palabras de su secretario general, Ahmed Abulgueit, consideró que «este ataque provoca los sentimientos de los musulmanes de todo el mundo» y «puede causar una explosión de la situación en los territorios ocupados».
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