La irresponsabilidad de personajes como Ángel Gaitán no solo afecta a las personas señaladas directamente, sino que contribuye a un clima social tóxico donde la mentira sustituye a la verdad.
El pasado 14 de noviembre, Ángel Gaitán, mecánico y colaborador televisivo, lanzó un ataque directo contra el ayuntamiento de Ciempozuelos a través de sus redes sociales. Una sanción por aparcar en zona no autorizada desató su furia, que no dudó en convertir en contenido viral. Gaitán, en un vídeo que ya acumula más de cinco millones de visualizaciones en X, insultó al consistorio llamándolos «sinvergüenzas» y aseguró tener pruebas de la supuesta injusticia. Nada más lejos de la realidad.
La mentira tenía patas cortas. El ticket de aparcamiento que mostró en el vídeo correspondía a una zona azul, pero su coche estaba estacionado en una zona verde, reservada para residentes. A esto se suma que ni siquiera había colocado el ticket en un lugar visible, algo que corroboraron fotografías publicadas por el consistorio. Sin embargo, el daño ya estaba hecho. La avalancha de insultos, críticas y amenazas dirigidas al ayuntamiento fue inmediata y desproporcionada.
El poder de la desinformación se evidencia en las cifras: cientos de miles de interacciones en redes sociales, que generaron un entorno de odio y desprecio hacia quienes simplemente aplicaban la normativa. La trabajadora encargada de la multa tuvo incluso que desplazarse desde su casa para demostrar la veracidad de los hechos, dejando al descubierto la magnitud de las consecuencias humanas de este tipo de campañas de desinformación.
No es un caso aislado. En un mundo hiperconectado, las mentiras corren más rápido que la verdad, y figuras como Gaitán aprovechan su altavoz digital para distorsionar la realidad, alimentando una narrativa que desprecia los hechos y glorifica el caos.

LA RESPUESTA NECESARIA: EDUCACIÓN CONTRA LOS BULOS
A raíz de este incidente, el ayuntamiento de Ciempozuelos ha decidido actuar. Esta semana inicia la campaña «No te lo creas», un curso de formación para aprender a detectar noticias falsas y desinformación. La primera charla, que tendrá lugar el miércoles en la Biblioteca Municipal Almudena Grandes, es un paso adelante en la lucha contra la manipulación informativa que erosiona la confianza en las instituciones y fomenta la polarización social.
Silvia Campillo, periodista y técnica del ayuntamiento, será quien imparta estas sesiones. Según explica, la clave está en cuestionar la fuente de información: “Lo primero es preguntarse quién te lo está diciendo. También debemos desconfiar de los mensajes que insisten en que ‘esto no te lo van a contar los medios’ o que piden difusión masiva sin aportar pruebas”.
Estas pistas, básicas pero necesarias, buscan capacitar a la ciudadanía para que no se convierta en cómplice involuntaria de la desinformación. Porque, como señala Campillo, «hay quienes eligen creer estos bulos porque confirman lo que ya piensan, sin detenerse a dudar».
El curso inicial será de entrada libre, pero el consistorio planea adaptar futuras sesiones según rangos de edad. La intención es clara: cortar de raíz la propagación de bulos y promover una sociedad más crítica y menos vulnerable a las manipulaciones.
La irresponsabilidad de personajes como Ángel Gaitán no solo afecta a las personas señaladas directamente, sino que contribuye a un clima social tóxico donde la mentira sustituye a la verdad. Combatir los bulos no es solo una tarea de los ayuntamientos; es una obligación colectiva.
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