14 Mar 2025

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Sánchez, escucha al pueblo: no a la guerra
POLÍTICA ESTATAL, PRINCIPAL

Sánchez, escucha al pueblo: no a la guerra 

El Gobierno se alinea con las exigencias de la OTAN y la UE mientras evita que el aumento del gasto pase por el Congreso

SÁNCHEZ SE PLIEGA A LA OTAN SIN CONSULTAR AL PARLAMENTO

Pedro Sánchez ha decidido rendirse a las exigencias de la OTAN y la Unión Europea para aumentar el gasto militar hasta el 2% del PIB antes de 2029. Lo hará, además, sin contar con la aprobación de las Cortes y sin dar explicaciones claras sobre cómo se financiará este incremento multimillonario en defensa. El presidente ha dejado claro que el compromiso con los aliados internacionales es firme y que no dará marcha atrás, a pesar de la oposición frontal de la mayoría de sus socios parlamentarios.

El plan de rearme impulsado por la Unión Europea asciende a 800.000 millones de euros y España está obligada a contribuir con un aumento progresivo en defensa que llevaría el gasto militar desde el 1,28% del PIB en 2023 hasta el 2% en menos de cinco años. Pero Sánchez ha evitado dar detalles sobre cómo se alcanzará esta cifra o de dónde saldrán los fondos. Silencio calculado mientras se prepara la cumbre de la OTAN en La Haya en junio, donde el Gobierno tendrá que presentar una hoja de ruta concreta.

Mientras el PSOE insiste en que este aumento no supondrá recortes en gasto social, las cuentas no cuadran. Duplicar el gasto militar en cinco años implica detraer recursos de otras partidas. La mayoría de los partidos que integran el bloque de investidura han mostrado su rechazo, exigiendo que cualquier incremento pase por el Congreso. Pero Sánchez ya ha dejado entrever que usará fórmulas presupuestarias que esquiven el control parlamentario, como el fondo de contingencia o modificaciones presupuestarias directas desde el Ejecutivo.

El diputado Néstor Rego, del BNG, fue claro al salir de su reunión con el presidente: “Sánchez nos ha dicho que el incremento probablemente no pase por el Congreso”. En otras palabras, el Gobierno está dispuesto a tomar decisiones clave sobre el gasto militar de espaldas al Parlamento y, por extensión, de espaldas a la ciudadanía.

UN GIRO MILITAR QUE ROMPE LOS CONSENSOS PROGRESISTAS

La decisión de Sánchez no solo supone un aumento histórico en el gasto militar, sino que también abre una brecha profunda en el bloque progresista que lo llevó al poder. Los partidos de izquierda, desde ERC hasta Podemos, han rechazado frontalmente el aumento del gasto en defensa y han advertido de las consecuencias políticas de seguir adelante con esta hoja de ruta.

Podemos ha sido el más duro. Ione Belarra acudió a la reunión con Sánchez vistiendo una camiseta con el lema “No a la guerra” y calificó el plan de rearme como un “error catastrófico” que está poniendo en riesgo la continuidad del gobierno de coalición. La exministra advirtió de que Sánchez está “cavando su propia tumba” y dejando la puerta abierta a un posible gobierno de PP y Vox.

Por su parte, Gabriel Rufián, de ERC, también mostró su rechazo, aunque reconoció que la guerra de Ucrania y la tensión internacional obligan a una respuesta pragmática. “El mundo es complejo”, afirmó el republicano catalán, señalando que la posición de España no puede limitarse solo a declaraciones de intenciones pacifistas. Pero dejó claro que cualquier decisión sobre el gasto militar debe pasar por el Parlamento.

El único apoyo claro para Sánchez ha venido de las filas del PNV. Aitor Esteban defendió la necesidad de reforzar la seguridad colectiva ante el cambio del orden internacional y apostó por acuerdos de Estado que incluyan tanto al PP como al PSOE. El nacionalismo vasco se convierte así en el único pilar estable para Sánchez en este movimiento estratégico.

El PP olfatea sangre

La decisión de Sánchez de aumentar el gasto militar también ha sido un regalo para el PP. Feijóo ha olido sangre y ha aprovechado la oportunidad para marcar distancias. Tras la primera reunión a solas entre el presidente y el líder del PP en quince meses, Feijóo acusó a Sánchez de estar llevando a España hacia una “autocracia” y de actuar de forma opaca y antidemocrática. “Lo que he escuchado no es ni serio ni limpio”, espetó el líder del PP tras la reunión.

Feijóo ha dejado claro que el PP no respaldará el aumento del gasto militar si no pasa por el Congreso. Pero en realidad, el líder del PP está jugando a dos bandas: critica la falta de transparencia del Gobierno, pero al mismo tiempo respalda el refuerzo militar exigido por la OTAN. En otras palabras, Feijóo quiere capitalizar el desgaste político de Sánchez sin pagar el precio de oponerse directamente al rearme.

Sánchez elige la sumisión a la OTAN

Sánchez ha tomado su decisión: alinearse con la OTAN y la UE, incluso si eso significa romper con sus socios parlamentarios y generar una crisis política interna. El presidente ha calculado que el coste político de desafiar a la izquierda es menor que el coste de enfrentarse a Washington, Bruselas y Berlín.

Pero la pregunta es clara: ¿de dónde saldrá el dinero? Si el gasto militar aumenta en más de un punto del PIB en cinco años, eso significa que otras partidas —sanidad, educación, pensiones o vivienda— acabarán sufriendo el impacto. La promesa de que “no habrá recortes sociales” es difícil de creer cuando el margen presupuestario es tan limitado.

España se encamina hacia una militarización histórica bajo la batuta de la OTAN y la UE. Sánchez ha elegido su bando, y no es el de la izquierda ni el de la ciudadanía.

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