En un mundo donde el silencio y la complacencia dominan la narrativa, los hinchas del Celtic demostraron una vez más que la solidaridad y la justicia trascienden las fronteras y los campos de fútbol.
A pesar de las advertencias y posibles sanciones, llenaron su estadio con banderas de Palestina durante el partido contra el Atlético de Madrid, enviando un mensaje claro y contundente: no se pueden silenciar las voces que claman por la libertad y los derechos humanos.
Esta no es la primera vez que el Celtic se enfrenta a sanciones por apoyar la causa palestina; en 2016, la UEFA multó al club por un acto similar. Sin embargo, estas multas no son más que intentos de sofocar la solidaridad y el apoyo a un pueblo que está sufriendo una matanza indiscriminada.
Related posts
ÚLTIMAS ENTRADAS
El experimento neerlandés: cuando el fascismo se disfraza de ensayo democrático
Meter a la ultraderecha en el Gobierno, aunque sea por la puerta de atrás, no es gobernabilidad: es claudicación.
El Pentágono quiere borrar a Harvey Milk: la cultura del odio se impone a cañonazos
Trump y Hegseth ordenan eliminar nombres LGTBI y antirracistas de los buques militares para imponer la “cultura del guerrero”
La trampa atlántica
Trump no quiere comercio justo. Quiere vasallaje. Y Bruselas, otra vez, se arrodilla.
Maternidad o barbarie
La libertad de no ser madre no debería escandalizar a nadie en 2025. Y sin embargo…
Vídeo | Hasbara: blanqueando el genocidio
Mientras bombardea Gaza, el Estado israelí despliega una campaña global de imagen financiada con dinero público, desde los escenarios hasta los algoritmos