“Nos duele tener que parar este concierto, pero hay una crisis ambiental en juego que no puede esperar”, dijeron los activistas.
En el corazón de Suiza, durante el Festival de Lucerna, dos activistas de Renovate Switzerland encontraron una inusual pero poderosa plataforma para abogar por el cambio climático. Aunque un concierto no pareciera el lugar más apropiado para tal acto, el mensaje resonó más fuerte gracias a la defensa inesperada del maestro Vladímir Yúrovski. “Dejadles hablar”, pidió, enfrentando los murmullos y la inquietud del público.
Mientras la Orquesta Estatal de Baviera se encontraba en plena interpretación de la Cuarta Sinfonía de Bruckner, el evento tomó un giro cuando estos jóvenes, portando camisetas con la frase «Act Now», subieron al escenario. Yúrovski, lejos de mostrar resistencia, ofreció un pacto: ellos podrían compartir su mensaje y el público debería escuchar. “Las y los jóvenes van a decir lo que sienten y todas y todos escucharemos en silencio. Prometí que no habría interrupciones. Permitidles acabar”.
LA EMERGENCIA CLIMÁTICA: UN TEMA QUE NO PUEDE ESPERAR
“Estamos sumamente preocupados y preocupadas”, fue su comienzo. “Nos duele tener que parar este concierto, pero hay una crisis ambiental en juego que no puede esperar”. Las palabras se entregaron con urgencia y sinceridad, con Yúrovski escuchando con genuino interés. Sin embargo, no todos compartieron su paciencia y comprensión. Ante las protestas de ciertos asistentes, el director intervino: “¡Alto! Dejadles finalizar”, recordando al público el compromiso previamente establecido. “Si no les permitís hablar, me retiraré”, declaró con firmeza.
Tras el discurso de las y los activistas, abandonaron el escenario en paz, permitiendo que la música continuara. Sin embargo, su mensaje, amplificado por la inesperada alianza con Yúrovski, resuena con más fuerza que nunca. En tiempos de crisis climática, cada plataforma, incluso un escenario musical, puede ser esencial para generar conciencia y cambio.
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