El precio de la insulina en EEUU se duplicó entre 2012 y 2016, según un estudio.
A través de las redes sociales se ha viralizado el vídeo de una mujer que llora por no poder pagar los 1.000 dólares que cuesta la insulina para su hijo.
«He trabajado toda mi vida, pago las facturas médicas de mi hijo desde que nació, hace 9 años. Y ahora tengo que decirle que no puedo pagarle la insulina», dice la madre.
Al respecto el periodista PabloMM hacía referencia, de forma irónica, que «este es el sueño americano».
A esto añadía «Josh Wilkerson, 27 años. Louis Baldwin, 44 años. Meghan Carter, 47 años. Murieron porque no pudieron pagarse la insulina. La producción de una ampolla cuesta menos de 5 dólares, mientras que las farmacéuticas la venden por hasta 540».
Hace aproximadamente un año EuropaPress publicaba un estudio en el que exponía que «el precio de la insulina en EEUU se duplicó entre 2012 y 2016».

«Una persona con diabetes tipo 1 generó un coste anual de insulina de 5.705 dólares (5.079 euros) en 2016. El coste medio fue de aproximadamente la mitad por paciente en 2012», dilucidaba el estudio.
Este elevado coste de la insulina se está cobrando vidas en Estados Unidos, concluía un artículo de Xataka.

«Lo que sucede con la insulina es una auténtica violación de nuestras expectativas, porque se trata de un medicamento antiguo que ahora se está volviendo inaccesiblemente caro, mucho después de que se haya demostrado su valor, y mucho después de que ya se haya recuperado el coste de la innovación original de este medicamento», explicó Jeremy Greene para Bussines Insider.
A pesar de los especialistas advierten de las problemáticas y efectos adversos la falta de atención pública conlleva malas praxis.
Un estudio llevado acabo en Estados Unidos ha revelado que un número considerable de personas del país toma antibióticos para peces con la finalidad de curar sus enfermedades humanas.
La razón que se puede extraer de dicho estudio es que en el país norteamericano la gente necesita ahorrar dinero en medicamentos y visitas médicas, ya que no existe sanidad pública.
Los expertos advierten que esta práctica, además de ser peligrosa, puede llevar a que las muertes causadas por problemas de resistencia microbiana superen a la mortalidad por cáncer.
RT ha conversado con algunos ciudadanos del país norteamericano que forman parte de esta tendencia para conocer sus historias.
«No tengo seguro, así que solo ir al médico me cuesta 120 dólares la visita, y además, ya gasto 77 dólares en mis medicamentos, y solo eso porque una gran cadena de supermercados tiene descuentos en las prescripciones», cuenta Christopher Payne a RT.
Y añade: «Si tuviera que gastar otros 150 dólares en cada tarro de antibióticos, realmente podría arruinar mi mes»
El rotativo advierte que el caso de Payne «no es un caso aislado», ya que «tras estudiar más de 2.000 comentarios ‘online’ sobre esos productos, diversos científicos concluyeron que se trata de una práctica extendida en Estados Unidos».
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