El cuatro veces campeón del Mundo portó una camiseta en protesta contra las represivas leyes húngaras anti-LGTBI
Sebastian Vettel a querido lanzar un sonoro mensaje, dada la importancia de su figura en un mundo tan masculino como el de la F1, luciendo durante el podio, antes de le sancionaran por incumplir la normativa que exige guardar al menos un litro de gasolina al completar el trazado, una camiseta en apoyo al colectivo LGTBI mientras sonaba el himno húngaro.
A la dirección de carrera no le pareció tan buena idea y se atrevió a dar un toque al cuatro veces campeón del Mundo, aunque éste respondió que lo volvería a hacer y desafió a la organización a que le descalificaran.
Vettel apareció ante las cámaras y el público ataviado con una camiseta con los colores de la bandera LGTBI y una leyenda que rezaba: ‘Same Love’ (Mismo amor). Tras el protocolo del podio, el germano fue preguntado por los motivos que le llevaron a portar esa camiseta en ese momento y su respuesta dejó entrever una reprimenda de la organización.

Tanto Vettel como Lewis Hamilton ya han lanzado mensajes contra el Gobierno húngaro y precisamente este motivo empujó al expiloto de Red Bull y de Ferrari ataviarse con la camiseta. “Lo volvería a hacer. Estoy contento si me descalifican. Que hagan lo que quieran. Me da igual”, deslizó el tetracampeón del mundo.
Hungría contra el movimiento LGTBI
Cinco oenegés, como Amnistía Internacional y Budapest Pride, denunciaron en un comunicado «esta nueva propuesta» de Fidesz, similar a la ley rusa que castiga cualquier acto de «propaganda» homosexual destinado a los más jóvenes en Hungría.
En la práctica, los programas educativos o los anuncios de grandes grupos que se solidarizan con homosexuales y lesbianas, como el de Coca-Cola, que en 2019 suscitó llamamientos al boicot, dejarían de estar autorizados, según el documento de 11 páginas consultado por AFP.
Si se adoptan estas cláusulas, «la libertad de expresión y los derechos de los niños se verían severamente restringidos», advirtieron las oenegés, que acusan a Hungría de «copiar modelos dictatoriales que van en contra de los valores europeos».
Esta nueva ofensiva anti-LGBT se produce en un contexto de endurecimiento de la política de Viktor Orban, quien defiende lo que considera valores cristianos tradicionales y promueve una «nueva era» cultural.
En diciembre de 2020, el Parlamento adoptó un paquete legislativo que incorpora la noción tradicional de familia y de «género» en la Constitución y prohíbe de hecho que las parejas del mismo sexo puedan adoptar niños.
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