05 Ene 2025

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Varsavsky y Musk: la maquinaria del poder mediático en acción para beneficio de la ultraderecha en Alemania
DESTACADA, INTERNACIONAL

Varsavsky y Musk: la maquinaria del poder mediático en acción para beneficio de la ultraderecha en Alemania 

Un multimillonario empuja la agenda de otro en un juego peligroso para la democracia

La publicación del artículo de Elon Musk en el dominical Welt am Sonntag bajo el título “Solo AfD puede salvar a Alemania” es el último ejemplo de cómo las grandes fortunas manipulan los medios para empujar sus agendas. Esta vez, el responsable tras bambalinas ha sido Martín Varsavsky, empresario argentino que lleva años moviéndose entre el poder mediático y la financiación de intereses políticos conservadores.

En su relato en la red social X, Varsavsky se jactó de haber facilitado la publicación del texto de Musk, mostrando sin tapujos cómo los lobbies multimillonarios actúan de puente entre los gigantes mediáticos y las ideologías ultraderechistas. No fue un gesto de libertad de expresión, sino una campaña calculada que expone la precariedad del periodismo independiente ante la maquinaria del capital.

EL NEGOCIO DE LA DESINFORMACIÓN

El partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) lleva años siendo una amenaza para la estabilidad democrática en Europa. Bajo vigilancia de los servicios secretos alemanes por sospechas de extremismo, AfD representa un retroceso para los derechos humanos y las políticas inclusivas. Sin embargo, eso no impidió que Musk publicara un elogio desmesurado bajo el pretexto de la “libertad de opinión”. Que esta tribuna llegara al prestigioso medio Welt no fue casualidad, sino una jugada orquestada por Varsavsky, miembro del Consejo de Supervisión de Axel Springer SE desde 2014.

Lo que está en juego no es solo la reputación de un periódico, sino el uso de los medios de comunicación como plataformas de adoctrinamiento. Axel Springer, el gigante mediático propietario de Welt, Bild y Politico, entre otros, ha sido durante mucho tiempo el altavoz de posiciones conservadoras, pero permitir este nivel de propaganda disfrazada de opinión ha generado una crisis interna sin precedentes. La renuncia de Eva Marie Kogel, jefa de opinión, es una prueba del malestar entre las y los periodistas que ven cómo su profesión es instrumentalizada.

La Asociación Alemana de Periodistas (DJV) denunció con dureza la decisión del periódico, acusándolo de servir de altavoz electoral para un partido que pretende dinamitar las instituciones democráticas. Mika Beuster, presidente de la DJV, fue claro: “Publicidad electoral empaquetada como periodismo”.

LA SOMBRA DE EEUU Y LA DOBLE MORAL DEL “LIBERALISMO”

Lo sucedido en Alemania tiene un eco inquietante en los eventos políticos de Estados Unidos. Elon Musk, propietario de X y conocido simpatizante de las ideas ultraconservadoras, ya había hecho uso de su red para influir en las elecciones de 2024 con mensajes incendiarios. La imagen que compartió Varsavsky con el lema “MEGA: Make España Great Again” demuestra que estos millonarios no se limitan a los Estados Unidos. Apuntan a todas las democracias que consideren vulnerables.

El poder adquisitivo de Musk y sus aliados convierte la libertad de expresión en un arma de opresión. La intervención del candidato a canciller Friedrich Merz (CDU), denunciando la injerencia de Musk, recuerda que en otras circunstancias, los mismos medios reaccionarían con escándalo si un empresario extranjero intentara influir en las elecciones estadounidenses o alemanas. Sin embargo, cuando el actor es un multimillonario como Musk, el discurso cambia.

El ministro de Sanidad, Karl Lauterbach, fue contundente al señalar que la compra de influencia mediática por parte de las grandes fortunas pone en peligro la democracia misma: “Si los periódicos se suman, están cavando su propia tumba”. Mientras tanto, la portavoz adjunta del gobierno alemán, Christiane Hoffmann, alertó sobre los riesgos de la “influencia disfrazada de opinión”. Aunque Hoffmann reconoció el valor de la libertad de expresión, recordó que el derecho a opinar también implica asumir la responsabilidad de no desestabilizar procesos democráticos.

El silencio de ciertos sectores mediáticos contrasta con la indignación de quienes todavía creen en un periodismo al servicio de la verdad y no de los intereses corporativos. Lo que está ocurriendo no es solo una cuestión de Alemania: es un recordatorio de que el poder financiero sigue siendo el mayor enemigo de la democracia real.

1 Comment

  1. Pep

    Saben que en democrácia,no se les aplicará una supuesta solución final,como hizo adolfito.

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