02 May 2024
DESTACADA, POLÍTICA ESTATAL

Medio de referencia alemán se escandaliza por el caso ‘Ferreras Gate’: «Estaba claro que eran falsos» 

Las falsas acusaciones contra Podemos han llegado hasta fuera de las fronteras del país, en este caso a un medio de referencia en Alemania.

El medio TAZ ha noticiado «algunas de las acusaciones a las que se ha enfrentado en los últimos años el fundador de la alternativa de izquierda Podemos, Pablo Iglesias»: «Fondos de Venezuela e Irán, cuentas en paraísos fiscales».

«Todo terminó con la suspensión de los procedimientos, pero aún así perjudicaron al partido de protesta que surgió en 2014. Porque las acusaciones fueron objeto de numerosos programas de entrevistas durante semanas. Ahora se han conocido grabaciones sonoras que muestran de dónde salieron las supuestas pruebas y cómo llegaron a la prensa. Y peor aún, quién los publicó, a pesar de que estaba claro que eran falsos», continúan contextualizando.

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«El momento de las noticias falsas no fue una coincidencia. Fundado en 2014, Podemos recibió de inmediato a cinco eurodiputados con su política contra la corrupción y la austeridad de la UE. En la primavera de 2016, a solo dos meses de las elecciones parlamentarias españolas, estaban en segundo y primer lugar en varias encuestas. Comenzó la campaña de desprestigio», exponen.

«El Ministerio del Interior del gobierno de Mariano Rajoy del conservador Partido Popular (PP) construyó acusaciones contra Podemos con un pequeño grupo de policías, la llamada ‘policía patriótica’. Anteriormente, también a través de Inda, Okdiario, se publicó un expediente de investigación titulado PISA. Allí, también, se trataba de supuestos pagos de Venezuela e Irán. Un caso fue desestimado más tarde», prosiguen.

El medio también toma para si las palabras de Enric Juliana, subdirector del diario barcelonés La Vanguardia, «fue uno de los pocos que alertó de falsas acusaciones contra Podemos en 2016».

Y citan al propio Juliana para concluir: «El ‘efecto Villarejo’ será en última instancia beneficioso para el PP: amargura en la izquierda, peleas de gallos entre periodistas, insultos en las redes». Todo esto daría lugar a un mayor «deseo de un ‘partido de orden’ entre las personas que no están constantemente interesadas en la política».