20 Abr 2024
DESTACADA, POLÍTICA ESTATAL

‘The Economist’ pone a Juan Carlos I a la altura del presidente huído de Afganistán 

The Economist se muestra muy claro sobre la situación del emérito: “Juan Carlos está acusado de tratos poco fiables con Arabia Saudí”. 

Afganistán se derrumbó mientras su presidente, Ashraf Ghani, llegaba a los Emiratos Árabes Unidos. Y no lo hacía de una manera normal, con lo puesto. 169 millones de dólares lo acompañaban, tal y como denunció el embajador afgano en Tayikistán, Mohammed Zahir Agbar.

El mandatario huyó de Afganistán el fin de semana mientras los talibanes avanzaban hacia la capital, Kabul. Una huida muy criticada por miembros del Ejecutivo afgano y por la prensa internacional, ya que no presentó ningún tipo de resistencia ante el extremismo islámico y cerró toda posibilidad a la negociación .

En un mensaje de Facebook, Ashraf Ghani justificó su huida alegando que así «evitaría el derramamiento de sangre». Una rápida salida que facilitó la también rápida entrada de los talibanes en la capital afgana, lo que pilló a las legaciones diplomáticas con buena parte de su personal todavía sin evacuar.

Ghani Juan Carlos

El Ministerio de Relaciones Exteriores de los Emiratos Árabes Unidos ha confirmado que su país ha acogido a Ashraf Ghani y a su familia «por motivos humanitarios».

Una curiosa comparación

El prestigioso diario The Economist hacía una hábil comparación entre Juan Carlos I y el presidente (me temo que podemos empezar a hablar de expresidente) afgano en sus páginas al cubrir la huida de Ghani “Ghani se une a una larga lista de exlíderes que han encontrado refugio en el soleado estado del Golfo”, explica The Economist, que se acuerda del rey emérito, Juan Carlos I, y le incluye en una lista con los expresidentes de Pakistán y de Tailandia, Pervez Musharraf y Thaksin Shinawatra, respectivamente«.

El líder de una nación llega a los Emiratos Árabes para evitar los problemas en su país con los bolsillos llenos. «La mayoría de estos líderes abandonaron sus países bajo sospecha», afirma The Economist, que se muestra muy claro sobre la situación del emérito: “Juan Carlos está acusado de tratos poco fiables con Arabia Saudí”. 

De los otros líderes de los que habla, Musharraf fue “condenado por traición” al suspender la Constitución de Pakistán en 2007 y que Shinawatra fue condenado por corrupción.

Juan Carlos I ha pagado ya más de 4 millones de euros a Hacienda para intentar regularizar su situación financiera en nuestro país, una de las razones de su marcha. Tiene encima sospechas de cuentas en Suiza, en otros paraísos fiscales, de uso de testaferros, de cuentas opacas, y montones y montones de polémicas relacionadas con amoríos, elefantes o hijos ilegítimos.

Los bolsillos de Juan Carlos

En septiembre de 2012, The New York Times publicó un artículo titulado «Un escarmentado rey busca la redención para España y su Monarquía». En el texto, difundido cinco días después​ de que el monarca visitara al periódico para explicar la situación española y mejorar la imagen del país,​ se indicaba, entre otros datos, que «la fortuna de la Familia Real española ha sido estimada en hasta 2.300 millones de dólares [casi 1.800 millones de euros]». Fuentes del diario neoyorquino indicaron posteriormente que el cálculo no había sido producto de una investigación propia, sino que se basaba en un promedio de cifras ya publicadas.

Las únicas publicaciones que, hasta esa fecha, habían incluido una cifra para la fortuna del rey de España, habían sido las revistas Eurobusiness (2000 y 2002) y Forbes (2003). Precisamente, esta última justificó la inclusión del monarca español en sus listas de 2003 por el dato que un año antes había publicado Eurobusiness. Eurobusiness fue la primera en hablar de 1.790 millones de euros en la lista que publicó en 2002 con las 400 personas más ricas de Europa. Aunque en el suplemento anterior, publicado en el año 2000, el rey ya había aparecido con una fortuna estimada en unos 1681 millones.

El economista y catedrático de la UPM, Roberto Centeno, dio por válida la cifra del New York Times y acusó al monarca y su antiguo administrador, Manuel Prado y Colón de Carvajal, de cobrar comisiones por el petróleo importado por el Estado procedente de países de Oriente Medio —de 1 a 2 dólares por barril— desde finales de la década de 1970.

En 2015 se filtró una conversación, grabada por el Centro Nacional de Inteligencia, donde el empresario Javier de la Rosa afirmaba que el bróker Arturo Fasana, implicado en varias tramas de corrupción y lavado de dinero, «guardó» en algún momento 300 millones a Juan Carlos I, confirmándose así parte de la fortuna que aún está siendo desvelada ahora.