Un guion de defensa que se repite como un reloj suizo… hasta que la realidad lo descose.
Desde la ‘mano en el fuego’ hasta el relato del sacrificio personal, el PSOE ha vuelto a desplegar su manual de defensa ante la corrupción. El caso de Santos Cerdán, ex secretario de Organización y ex diputado, pillado en el epicentro del escándalo Koldo, ha activado un mecanismo tan previsible como inútil. Cinco pasos que ya vimos en el caso de José Blanco, en los ERE andaluces o en la propia trama Koldo… y que siempre acaban igual: en derrota, coste político y pérdida de credibilidad.
Aquí va el decálogo fallido que han aplicado de nuevo. Por si alguien no lo tenía claro.
PRIMER PASO: DECLARACIONES DE AMISTAD Y ‘MANO EN EL FUEGO’
Es la liturgia de apertura: desfile de declaraciones públicas que combinan amistad personal y respaldo político. Da igual que los hechos sean aún opacos. La consigna es cubrir de afecto al compañero caído.
María Jesús Montero fue de las primeras en activar el protocolo: “Tengo una magnífica relación de amistad y complicidad con Santos Cerdán. Pongo la mano en el fuego por él”. Félix Bolaños siguió la coreografía en Onda Cero: “Sí, con toda claridad, pongo la mano en el fuego”.
El propio Pedro Sánchez cerró filas con tono casi sentimental: “Mi solidaridad con Santos Cerdán. El acoso de ultraderechistas disfrazados de periodistas no tiene cabida en una democracia” (X).
Resultado: exposición máxima. Cuando el acusado cae, arrastra también a quienes habían quemado sus manos en público.
SEGUNDO PASO: CULPAR A LA ULTRADERECHA MEDIÁTICA
Paso dos: señalar el enemigo exterior. Si hay un escándalo, no es culpa de los hechos, sino de la maquinaria mediática de la extrema derecha.
Patxi López fue cristalino: “Es una cacería. Respaldamos a quienes sufren el acoso de la ultraderecha”. Sánchez lo reforzó desde tribuna: “Usted, señor Feijóo, difama a personas honestas”.
Es un frame que permite evitar hablar de los indicios concretos —como el informe de la UCO o las grabaciones— y trasladar el foco a una guerra cultural. Pero es un boomerang: cuando los hechos se confirman, el relato victimista cae.
TERCER PASO: DISCURSO DE VÍCTIMA DEL ‘LAWFARE’ SIN PRUEBAS CLARAS
Aquí se da un salto más: ya no solo es la ultraderecha mediática; ahora es el propio sistema judicial el que se pone en sospecha. Se empieza a hablar de lawfare incluso cuando no hay pruebas claras que lo sostengan.
Zapatero fue el encargado de introducir esta capa: “Tengo confianza en Santos Cerdán. Habrá que aclarar si el informe de la UCO ha sido filtrado de manera irregular”. Una sospecha lanzada al aire, sin pruebas, que sirve para embarrar el terreno.
El problema es que el lawfare existe —y conviene denunciarlo donde toca—, pero trivializar el concepto para defender a cargos propios atrapados en indicios de corrupción solo lo desactiva y lo convierte en coartada.
CUARTO PASO: BLINDAJE INSTITUCIONAL (CONGRESO, MINISTROS)
Mientras tanto, la maquinaria institucional del partido se pone en modo muro de contención. En el Congreso, en los medios, en los círculos de poder, se cierran filas. Los ministros evitan hacer autocrítica. Los portavoces repiten el argumentario oficial.
El propio Sánchez llegó a usar el atril del Congreso para blindar a Cerdán: “El señor Feijóo difama. Santos Cerdán es mi amigo”. Palabra de presidente.
Es una dinámica que genera efecto de secta: se aísla el núcleo dirigente del sentir de la sociedad. Porque mientras tanto, el runrún ciudadano crece: ¿de verdad es esto defender la honestidad? ¿O es tapar los propios escándalos mientras se exige limpieza a los demás?
QUINTO PASO: CAÍDA Y RELATO DEL SACRIFICIO PERSONAL
El paso final es inevitable: la persona cae. Pero se narra su caída como un acto de responsabilidad y sacrificio. No es que haya perdido apoyo: es que da un paso al lado por el bien del proyecto.
El propio Cerdán lo ejecutó al pie de la letra: “Presento la dimisión de todos mis cargos. Haré entrega de mi acta de diputado”. Y en paralelo, desde la dirección se lanza un relato compasivo: ha sido injustamente tratado, ha sufrido un linchamiento, se va para no dañar al Gobierno.
El problema es que la ciudadanía no compra ya estos relatos. El olor a maniobra defensiva es demasiado fuerte. Y el mensaje que queda es demoledor: mientras te declaran inocente en público, te obligan a dimitir en privado. Lo demás es decorado.
Manual en cinco pasos. Siempre el mismo. Siempre fallido. Porque no se puede combatir la corrupción con lealtades de clan. Porque la transparencia no se construye con relatos prefabricados. Y porque un partido que presume de regeneración no puede jugar con fuego… si no quiere acabar abrasado.
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Desde Vox hasta Bildu pasando por Psoe y PP,todxs son unxs parásitos del sistema corrupto capitalista.
Político elegido, político corrupto, porque el sistema corrompe para vivir.
No votes, lucha, tu voto solo sirve a alimentar el capitalismo con marionetas .
La política de este país está podrida hasta las raíces.
No era nuestro lema, organízate y lucha para una Revolution frm Spanish, pues ya es hora de organizarse y luchar para esta revolución española, porque de lo contrario,no solo no hunden en la miseria , además mandan armas a una guerra perdida,pero encima roban el dinero público para lucrarse, todxs a la calle y que arda Troya.
El resto palabras que lleva el viento.
Fuego al sistema!!!
Salud y anarkia