Un grupo de 26 intelectuales de talla mundial firmó una carta en la que apoyan la propuesta de transición energética que contemplan Gustavo Petro y Francia Márquez en Colombia.
Este jueves, un grupo de intelectuales integrado por Noam Chomsky, Naomi Klein, Boaventura de Sousa Santos, Tasneem Essop, Avi Lewis, Arturo Escobar, entre otros, publican una carta en la que apoyan algunos puntos contemplados en la propuesta de transición energética del candidato a la presidencia de Colombia, Gustavo Petro, y su fórmula vicepresidencial junto a Francia Márquez.
En el documento, los firmantes advierten que Colombia es el quinto exportador a nivel mundial de carbón “y ha llegado a explotar hasta un millón de barriles de petróleo al día”. Con preocupación, añaden que “debido a la reducción del volumen de reservas, actualmente busca abrir otras fronteras de explotación mediante fracking y en aguas profundas del mar Caribe”.

También señalan que la extracción de combustibles fósiles ha afectado valiosos ecosistemas y ha causado “conflictos socioambientales, derivando en violencia, amedrentamientos y asesinatos de defensoras y defensores del ambiente”.
Así se propondría una transición alejada de los hidrocarburos, que dejarían de ser el centro neurálgico, pese al riesgo latente.
De la propuesta de los candidatos a la presidencia, los firmantes de la carta resaltan factores como «un desescalamiento gradual de la dependencia económica del petróleo y del carbón».
También abogan por la prohibición de la «exploración y explotación de yacimientos no convencionales, se detendrán los proyectos piloto de fracking y el desarrollo de yacimientos costa afuera. No se otorgarán nuevas licencias para la exploración de hidrocarburos».
Se destinará “la extracción de las reservas actuales de combustibles fósiles (…) al consumo interno bajo criterios técnicos y socioeconómicos que permitan una mayor eficiencia en su uso y una mayor tasa de retorno energético”.
Añaden que “se trata de una apuesta por otras fuentes de ingresos, muchos de ellos basados en la rica biodiversidad del país, que facilitaría la generación de condiciones de vida digna para muchas personas, especialmente pueblos indígenas, afrocolombianos, campesinos y víctimas del conflicto armado y de los megaproyectos energéticos”.
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