En una escena digna de cualquier adolescente rebelde, el edil ha sido grabado volcando junto a dos «compañeros de fechoría» un contenedor repleto de bolsas de basura.
Para quien crea que las sorpresas políticas se reservan para las grandes capitales, ha llegado el momento de pensar de nuevo. Un vídeo, que ha incendiado las redes sociales – y especialmente Twitter –, ha puesto en el ojo del huracán al propio alcalde de la localidad granadina de Trevélez. Y es que, en una escena digna de cualquier adolescente rebelde, el edil es visto, con lujo de detalles, volcando junto a dos «compañeros de fechoría» un contenedor repleto de bolsas de basura en un camino rural de La Alpujarra.
Las imágenes, además de ofrecer una perspectiva del regidor muy alejada de su rol público, despiertan varias incógnitas. Adrián Gallegos, líder municipal de la mencionada localidad, en su afán de esclarecer los hechos – o al menos intentarlo –, declaró al periódico El Independiente de Granada que estas imágenes «no son de ahora». Sin embargo, sus explicaciones dejan mucho que desear. “No sé exactamente, de hace varios años, de antes de la pandemia”, expresó.
Unas imágenes recogen al alcalde de Trevélez (PP) volcando un contenedor con bolsas de basura.
— Carlos Morillas (@CarlosMorillas) August 22, 2023
El protagonista del acto vandálico niega a los periodistas que el vídeo sea reciente pero hay un detalle que demuestra que las imágenes lo son.
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DUDAS QUE PERMANECEN: ENTRE DECLARACIONES Y GOMAS DE MASCAR
La trama se espesa al cuestionar la temporalidad de las imágenes. Aunque el alcalde insiste en que estas grabaciones datan de tiempos anteriores a su responsabilidad orgánica, el medio periodístico El Independiente de Granada aporta un detalle mordaz. En el propio vídeo, aparece un anuncio de una marca de chicle muy conocida, cuyo lanzamiento se remonta a este año.
Las y los habitantes de Trevélez y las vecinas localidades se merecen líderes que actúen con coherencia y responsabilidad, no solo en sus palabras sino en sus acciones, independientemente del paso del tiempo. Gallegos, quien en 2019 buscaba el cargo al que ahora se aferra, formando coalición con Ciudadanos, y que en mayo de este año logró el bastón de mando en el pleno municipal, parece haber olvidado que su papel no se limita a discursos y fotos protocolarias.
Al final del día, el alcalde no tuvo más remedio que pedir disculpas, asegurando que “es un acto que no volverá a ocurrir”. Su comunicado en redes sociales concluye con un «De nuevo perdón a todos». Aunque la rectificación es esencial, el daño está hecho y la credibilidad de Gallegos está en juego. La confianza, una vez rota, cuesta restaurarla.
Las y los ciudadanos esperan y merecen representantes que no solo se disculpen, sino que demuestren con hechos concretos su compromiso con la comunidad. Porque, al final del día, un líder es recordado no solo por sus palabras, sino también por sus acciones. Es hora de que las y los líderes políticos comprendan que viven en un mundo interconectado donde cada acción cuenta y cada vídeo puede volverse viral.
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