En un país normal, las acciones de Feijóo serían suficientes para inhabilitarlo como candidato a la presidencia.
En cualquier nación que se jacte de funcionar bajo los parámetros de la normalidad democrática, un individuo que disfruta de vacaciones con un conocido narco sería objeto de un escrutinio incuestionable. Pero en España, Alberto Núñez Feijóo parece ser la excepción a la regla.
Las fotografías que muestran a Feijóo disfrutando del tiempo libre con Marcial Dorado, un reconocido narcotraficante, han generado una tormenta mediática. Pero esta controversia no parece haber hecho mella en las ambiciones políticas del líder del PP, quien sigue en pie, desafiando las normas no escritas de lo que sería considerado ético y apropiado en cualquier democracia saludable.
Esto debería inhabilitarlo como candidato a la presidencia del Gobierno, pero esto es España.
El Misterio del sueldo
La reciente entrevista de Aimar Bretos en La Ser, donde Feijóo mostró una renuencia notable a revelar su salario, solo añade otra capa a este manto de opacidad. El líder del PP, en un intento desesperado de proyectar transparencia, se puso nervioso y evadió la pregunta sobre su sueldo, aunque recientemente actualizó su declaración de bienes y rentas.
El presidente del Senado, Ander Gil, también se unió al coro de voces que exigían transparencia, instando a Feijóo a revelar cuánto cobra en total. Pero el PP sigue jugando a la defensa, insistiendo en que su líder ya cumplió con su obligación de transparencia al actualizar su declaración al entrar en el Senado.
Esto debería inhabilitarlo como candidato a la presidencia del Gobierno, pero esto es España.
Campaña de desinformación
Feijóo ha demostrado ser un estratega en el embarramiento de debates y la perpetuación de la desinformación. El único debate al que se presentó estuvo plagado de falsedades y evasiones, con el objetivo explícito de evitar cualquier contraste de ideas que pudiera perjudicarle.
Más aún, en una reciente entrevista en TVE, el candidato del PP instó a la periodista Silvia Intxaurrondo a rectificar datos ciertos sobre los recortes a las pensiones durante la era de Rajoy. Además, insistió en el bulo de la no colaboración del Gobierno en la investigación de espionaje, algo que no pudo corroborar con fuentes creíbles.
Tal es la mentira que incluso Twitter ha corregido un tuit suyo con contexto real por ser una mentira para intentar justificar otra anterior.
Esto debería inhabilitarlo como candidato a la presidencia del Gobierno, pero esto es España.
La Paradoja Española
En un país normal, las acciones de Feijóo – desde pasar vacaciones con un narcotraficante, hasta negarse a revelar su salario y perpetuar desinformación – serían suficientes para inhabilitarlo como candidato a la presidencia.
Pero esto es España, un país donde la opacidad, la evasión y el escándalo parecen haberse convertido en la norma en lugar de la excepción. Como electorado, debemos hacer frente a esta cultura de la opacidad, y exigir la transparencia y la integridad que merecemos de nuestros líderes políticos. Este 23J, recordemos que nuestro voto tiene el poder de cambiar esta narrativa.
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