Es necesario desmontar las trampas con las que construye su relato Tatiana Ballesteros.
«Este vídeo no es para todos, sino para unos pocos. Los mismos que no habéis parado de pedirnos cosas desde entonces». Con esta frase comienza un vídeo viral del momento que ya acumula más de 100.000 visitas en YouTube y que ha explotado las redes sociales.
La autora es Tatiana Ballesteros, una criminóloga y filósofa de 28 años que, como contábamos ayer, colaboraba en un programa sobre crímenes en Radio Ya, una emisora con vínculos ultracristianos y falangistas. La radio fue fundada por el abogado Rafael López-Diéguez, yerno de Blas Piñar, fundador de la extrema derecha española encarnada en Fuerza Nueva y los Guerrilleros de Cristo Rey.
En su vídeo, la joven clava los ojos en la cámara y pide «respeto, dignidad y honor» a los políticos. «Este vídeo no es para todos, sino para unos pocos. Los mismos que no habéis parado de pedirnos cosas desde entonces», señala en el vídeo, mientras camina por la calle y protagoniza un muy bien elaborado plano secuencia. Sin embargo, hay mucho más detrás del vídeo.
El mensaje tras el mensaje de Ballesteros: la abstención
El poso que deja el mensaje lanzado en el vídeo de Ballesteros es el de ‘no les votes’. «Y ahora ¿nos pedís que votemos? ¿A quién? ¿A cuál?», es el lema central. Llamar a la abstención es una estrategia que solo beneficia a una parte: la extrema derecha.
La estrategia de la ultraderecha y sus círculos se ha centrado en desmovilizar a sus rivales. Para ello, explica Guillem Suau, doctor en comunicación de la UPF, que Vox ha “intentado generar una sensación de miedo para que los otros no voten”. Tras distorsionar temas como la inseguridad o la violencia, ha utilizado la pandemia para criminalizar al Gobierno central y, ahora, al catalán.
“Sus votos, nuestros muertos”. Así resumía la diputada Macarena Olona la decisión de la Generalitat de permitir a los contagiados ejercer su derecho a voto. Temor a acudir a las urnas.
Este apoyo indirecto a la extrema derecha ya fue ejecutado con éxito por Cambridge Analytica en Trinidad y Tobago por primera vez. La consultora, luego cuestionada por su papel en la victoria del Brexit y Donald Trump, ya llevó a cabo una táctica similar a través de la filial SCL para los comicios del país caribeño en 2010.
Una estrategia queda bien explicada en el documental El Gran Hackeo. «Somos una agencia de cambio de conducta. El santo grial de la comunicación es poder cambiar comportamientos», exponía un portavoz de la empresa en el documental.
«Fuimos al cliente y le dijimos: queremos centrarnos en los jóvenes, intentaremos aumentar la apatía», continúa en su relato sobre las elecciones de 2009 en el país centroamericano, que cuenta con algo más de un millón de habitantes. Los ciudadanos de origen indio y los afrodescendientes están repartidos en proporciones iguales, aunque los primeros son ligeramente más numerosos.
«La campaña no podía ser política, porque a los chavales no les interesa la política. Tenía que ser intuitiva porque son vagos. Se nos ocurrió una campaña basada en que hicieran algo bueno y formaran parte de un movimiento», detalla el portavoz.
El resultado fue ‘Hazlo’ [Do So], en referencia al hecho de no votar. En Cambridge Analytica lo planificaron como «un símbolo de la resistencia contra los políticos y votar», y tuvo mucho éxito. Movilizaciones sociales y vídeos virales como el que hoy nos ocupa fueron las herramientas.
Un relato cercano a la extrema derecha
El articulista Dani Valdivia ha realizado un acertado análisis sobre el vídeo enfocado en la retórica y el lenguaje empleados en él en una serie de puntos:
1) El relato del vídeo se enmarca en una dis-locación mediante la oposición entre una ‘España’ a la que se otorga agencia humana a través de la metáfora de personificación y una clase política excluida, enfrentada y culpables de los males de esta ‘España viva’.
2) Esta construcción discursiva le permite a la falangista personificar a sanitarios, docentes y otros colectivos mencionados en el vídeo, subsumiéndolos en una nación con la misma que un ser humano. Este trampantojo se hace visible en segunda línea más comentada.
3) «Nos pedisteis como empresarios que enviáramos a miles de personas a los ERTEs y lo hicimos» La pretendida supresión de las clases sociales se pone de relieve, colocando en el mismo plano al parado, al explotado y al empresario. ¿Qué ideología tenía esto como pilar?
4) Pasamos ahora a ver el tratamiento de los políticos, «los que no habéis pedido de pedirnos cosas desde entonces». Se les sitúa arriba, fuera y enfrentada a la nación pura, culpable de las desdichas padecidas por esta en el último año: «El político es el culpable».
5) Destaca la línea «os pedimos que no se subáis el sueldo cuando España se muere». Con esta contraposición incide en la idea del tuit anterior, utilizando una metáfora de naturalización -¿una nac se puede morir?- para culpar a los políticos de la ‘muerte’ de España.
6) Cercano al final del vídeo, Ballesteros invierte las metáforas que hemos señalado. A través de su «España está muy por encima de vosotros», resitúa a la nación por encima de los políticos. Una metáfora orientacional, con la virtud/bueno arriba y el vicio/malo abajo.
7) Al final del vídeo, el discurso reaccionario y antidemocrático emerge en todo su esplendor. Ballesteros emplea la metáfora bélica del ‘capitán’ tras afirmar mediante preguntas retóricas que no hay candidato democrático posible.
8) Tatiana Ballesteros concluye con una amenaza con la que confirma el imaginario reaccionario construido mediante dis-locaciones y metáforas en estos dos minutos. «Somos muchos y vosotros pocos» Niega la democracia y la representación pública, terminando de construir +
9) una imagen caricaturizada de los políticos, atribuyéndoles características negativas que, como hemos visto, contrastan con las de la pureza de la nación. El spot se enmarca en una ideología claramente reaccionaria, utilizando la retórica en el sentido señalado por Geertz +
10) siendo una herramienta para la construcción de una ideología alternativa a la dominante, en este caso siendo bastante evidente que hablamos de la siempre complicada de definir ideología fascista. Para cerrar, aprovecho la mención a Geertz para señalar que sin un adecuado+
11) análisis de la retórica y los elementos que la conforman carecemos de los recursos simbólicos necesarios para comprender del todo fenómenos como el de Ballesteros. Cómo enuncia Lizcano: «Nosotros no pensamos las metáforas, ellas nos piensan a nosotros»
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