Según cifras recientes del Ministerio de Sanidad de Gaza, desde el comienzo del conflicto el 7 de octubre entre Israel y Hamás, 7.028 palestinos han perdido la vida y 18.484 han quedado heridos. Dentro de ese desgarrador recuento, encontramos que 2.913 de los fallecidos son niños, 1.709 son mujeres y 397 son ancianos. Además, 1.650 personas aún están desaparecidas, atrapadas bajo los escombros de edificaciones que alguna vez fueron su hogar. De ellas, 940 son menores de edad. Estas cifras no solo nos hablan de la magnitud del conflicto, sino también de su crueldad.
¿Cómo es posible que en pleno siglo XXI, la comunidad internacional permita que miles de inocentes paguen el precio de un conflicto que parece no tener solución?
ENTRE «OBJETIVOS» Y CRISIS HUMANITARIAS
El portavoz del Ejército de Israel informó que en las últimas horas, la aviación israelí ha atacado más de 250 «objetivos» de Hamás. Estos «objetivos» incluyen «centros de comando operativo, túneles y lanzadores de cohetes ubicados en el corazón de áreas civiles». Pero, ¿qué significa realmente esta declaración? ¿Estamos hablando de objetivos militares o de hogares, escuelas y hospitales donde las y los civiles buscan refugio?
La situación en Gaza es crítica. La región enfrenta una crisis humanitaria sin parangón. 1,4 millones de personas han tenido que desplazarse hacia el sur de la Franja después de que Israel ordenara la evacuación de la mitad septentrional. Las razones de seguridad esgrimidas no pueden justificar el desplazamiento forzado de miles de familias que ahora no tienen dónde ir.
Pero la crisis no termina ahí. El Ministerio de Sanidad de Hamás ha declarado el colapso total del sistema sanitario. Desde el inicio del conflicto, al menos 101 médicas y médicos han perdido la vida y 25 ambulancias han sido destruidas. Además, 12 hospitales y 31 centros de atención primaria están inoperativos debido a los bombardeos y la falta de combustible. En un momento en que la atención médica es más necesaria que nunca, Gaza se encuentra en una situación de desamparo total.
¿HASTA CUÁNDO?
La situación en Gaza es un reflejo de la indiferencia y la inacción de la comunidad internacional. Las y los palestinos no solo enfrentan la violencia de un conflicto armado, sino también la indolencia de un mundo que parece haberse olvidado de ellos. Es hora de que las naciones del mundo tomen una postura firme y busquen soluciones reales y duraderas para Gaza. Las vidas de miles de personas están en juego, y no podemos seguir siendo espectadores pasivos de esta tragedia.
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