Al establecer esta comparación, el periódico dejaba de lado la conversación crucial sobre el consentimiento y minimizaba la gravedad del acto de Rubiales.
Mientras España celebraba, un incidente en particular desvió la atención de la hazaña deportiva hacia un escenario mucho menos festivo. Luis Rubiales, presidente de la Federación Española de Fútbol, en un gesto que muchos han tachado de imprudente y fuera de lugar, saludó a Jenni Hermoso, una de las destacadas del equipo, con un abrazo prolongado y, para sorpresa de muchos, un beso en la boca. Las redes no tardaron en explotar. Las palabras “consentimiento” y “respeto” aparecían por todas partes y el nombre de Rubiales se convirtió en sinónimo de polémica.
No demos por hecho que dar un beso sin consentimiento es algo “que pasa”. Es una forma de violencia sexual que sufrimos las mujeres de forma cotidiana y hasta ahora invisible, y que no podemos normalizar. Es tarea de toda la sociedad. El consentimiento en el centro. Solo sí es sí
— Irene Montero (@IreneMontero) August 20, 2023
Magnífico cara a cara entre dos impresentables cromañones como Rubiales y Juanma Castaño.
— AntonioMaestre (@AntonioMaestre) August 20, 2023
Este pasaje tiene que ser el final definitivo de Rubiales en la RFEF. Hay gente presentable y seria en el fútbol como para que este tipo lo manche. https://t.co/su9Lvhpt45
No es de extrañar que un hecho como este despierte tantas opiniones. La importancia del consentimiento ha sido un tema de debate y educación en la última década, y es un pilar fundamental en la lucha por el respeto y la equidad de género. En un mundo donde se busca que las y los jóvenes entiendan y respeten los límites, un acto de esta naturaleza en la esfera pública no puede pasarse por alto.
Más aún cuando este gesto “afectuoso” viene de un individuo en una posición de poder frente a una atleta que acaba de alcanzar uno de los momentos cumbre de su carrera. ¿Era necesario? Definitivamente, no. ¿Fue inapropiado? Las y los usuarios de las redes, activistas feministas y políticos del panorama nacional parecen tener una respuesta clara: sí.
¿DEBEMOS COMPARARLO CON EL BESO DE CASILLAS Y CARBONERO?
Si bien es cierto que las redes hicieron rápidas comparaciones con el famoso beso entre Iker Casillas y Sara Carbonero en 2010, es fundamental distinguir los contextos. Mientras que Casillas y Carbonero eran pareja en aquel momento y su beso fue un espontáneo gesto de celebración entre dos personas con una relación sentimental, Rubiales y Hermoso no tienen ningún lazo afectivo de ese tipo. No podemos comparar ambos momentos sin minimizar la importancia del consentimiento y la autonomía personal.
Es crucial entender y respetar los límites personales. Nadie tiene el derecho de invadir el espacio personal de otro ser humano sin su consentimiento, independientemente de la relación o circunstancia.
MARCA Y EL CONTEXTO
La prensa tiene un papel crucial en la formación de opiniones y en la dirección de la narrativa pública. En este escándalo en particular, la cobertura de ‘Marca’ se convirtió en centro de atención y crítica. ‘Marca’, con su titular “Rubiales repitió el beso de Casillas a Carbonero… ¡con Jenni Hermoso!“, parecía trivializar la situación, sugiriendo una equivalencia entre los dos besos. Al establecer esta comparación, el periódico dejaba de lado la conversación crucial sobre el consentimiento y minimizaba la gravedad del acto de Rubiales.
Fueron las y los usuarios de esta red social quienes se encargaron de aportar el contexto necesario para comprender realmente la magnitud del evento. Ante sus denuncias, la red social añadió contexto a la publicación de ‘Marca’ en Twitter, resaltando las diferencias clave entre los dos besos mencionados. La aclaración fue que “I. Casillas y S. Carbonero eran pareja en el momento de su beso en el Mundial de 2010. L. Rubiales es presidente de la RFEF y J. Hermoso es jugadora profesional, no existe relación sentimental que les una”, mostrando un claro contraste con el tratamiento que algunos medios estaban dando a la noticia.
Lo que hace este enfoque aún más preocupante es el poder y la influencia de ‘Marca’ en el mundo deportivo español. Cuando un medio de tal magnitud opta por no abordar seriamente un tema tan importante, está enviando un mensaje tácito a sus millones de seguidores: que ciertos actos pueden pasarse por alto o minimizarse si se enmarcan dentro de una “tradición deportiva”.
Lo sucedido tras la victoria de la selección femenina de fútbol es un recordatorio de que, a pesar de los avances, aún queda mucho por hacer en la lucha por el respeto y la igualdad. Mientras celebramos las victorias en el campo, debemos ser críticos y exigir respeto fuera de él. Las futuras generaciones de jugadoras y jugadores merecen un mundo en el que su esfuerzo y dedicación no se vean opacados por gestos inapropiados y decisiones imprudentes de aquellos en posiciones de poder. Porque, después de todo, el verdadero triunfo está en respetar, entender y celebrar las victorias sin eclipsarlas con actos controvertidos.
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