La salida de ING del programa de Iker Jiménez expone la complicidad de marcas y medios con la desinformación
La reciente retirada de la publicidad de ING de los programas «Horizonte» y «Cuarto Milenio», conducidos por Iker Jiménez, sienta un precedente necesario y esperado. Este acto supone un reconocimiento de que la publicidad no debe apoyar ni financiar contenidos que distorsionen la realidad y jueguen con el miedo de las personas. ING ha roto la inercia de muchas marcas que, por años, han mantenido sus anuncios en medios sensacionalistas, priorizando los beneficios antes que la ética. Por primera vez, una marca de peso en el mercado español decide públicamente no respaldar la desinformación y, en lugar de mirar hacia otro lado, toma una decisión coherente con la responsabilidad social que tanto pregona.
El detonante fue la cobertura que hizo Jiménez sobre el desastre en Valencia, donde afirmó en redes sociales que «había muchos cuerpos» en el aparcamiento de Bonaire tras las inundaciones, información que resultó ser falsa y que solo sirvió para sembrar el pánico. Al comprobarse que los rumores eran infundados, ING tomó la decisión de retirar sus anuncios, lo que demuestra que la integridad informativa puede ser un valor empresarial prioritario. Aunque la marca mantiene su publicidad en otros espacios de la misma cadena, esta acción da visibilidad a la importancia de que las empresas no sean cómplices de contenidos que abusan de la confianza de su audiencia.
DESMARCARSE DEL SENSACIONALISMO: UNA VICTORIA PARA LA AUDIENCIA Y EL PERIODISMO
La postura de ING se ha ganado el aplauso de quienes buscan una comunicación responsable y sin manipulación. En una era en la que la verdad parece ser secundaria al espectáculo, esta decisión representa un cambio de dirección y envía un mensaje claro al sector publicitario y mediático: la verdad importa, y quienes la traicionan no merecen respaldo económico. ING, al cortar vínculos con el programa de Jiménez, da un ejemplo de compromiso ético, recordando que no toda audiencia se gana a cualquier precio.
Desde la Asociación de la Prensa de Madrid (APM), se hizo un llamado a los medios para que trabajen con responsabilidad, y la acción de ING responde a esa demanda colectiva. Es hora de que más empresas sigan este ejemplo y actúen de acuerdo con los principios que sus propias campañas publicitarias promueven. La decisión de ING muestra que es posible ser una marca comprometida, no solo en palabras sino en actos concretos.
Las y los espectadores merecen información real y confiable, no relatos sensacionalistas disfrazados de exclusivas que solo buscan captar su atención a través del miedo y el morbo. La retirada de ING no es solo una decisión publicitaria; es una apuesta por una comunicación auténtica y un periodismo más íntegro.
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Posiblemente fuese una presunta desinformación incomodarte por presuntamente verídica
ING, un banco holandés que también es mi banco, dando ejemplo a muchas empresas españolas que priorizan el dinero a la ética. Enhorabuena ING¡¡
El tiempo lo dirá…ya se verá quién llevaba razón…