A través de las redes sociales se mostró una absoluta indignación con la noticia de El País, que relacionaba la muerte de Samuel con los videojouegos.
El pasado 3 de julio se producía en A Coruña el asesinato de Samuel Luiz, un joven de 24 años, quien fue golpeado brutalmente hasta la muerte.
Su asesinato levantó una fuerte oleada de indignación, que desembocaron en concentraciones en distintas ciudades de todo el país, ya que las investigaciones arrojaron que presuntamente se trataba de un asesinato homófobo.
Sin embargo, lejos del carácter de lucha por los derechos humanos, la última polémica al respecto, ha venido condicionada por una noticia de El País en la que relaciona el asesinato de Samuel con los videojuegos.
En el reportaje del diario se expone la visión de “expertos en criminología, educación y psicología social”, que tratan sobre el comportamiento de jóvenes que desembocó en el crimen de A Coruña.
El Español destaca el párrafo que tiene la frase “Puntos por ‘patear, reventar y asesinar'”, “donde una vez más se mencionan los videojuegos y los supuestos problemas de los jóvenes para distinguir entre pantalla y realidad”.
El titular original del artículo era: “Caso Samuel: una agresión mortal colectiva como las estudiadas en chimpancés y alimentada con Fornite”. Aunque ahora fue reeditado.
“Antes teníamos aquello de los dos rombos”, dice el criminólogo y perito judicial de Luis Alamancos en referencia al código de regulación de contenidos de Televisión Española que se utilizó entre 1963 y 1984.
“Ahora no hay filtros. A cualquier hora, los chicos tienen ante ellos series y juegos hiperviolentos a los que están enganchadísimos, como Fortnite. Se nos viene encima un problema enorme, la gente no va a saber qué es ficción y qué realidad”, continúa.
Sin embargo, desde El Español aclaran que este experto “desconoce u omite la existencia del código PEGI que clasifica los juegos por edades y describe el tipo de contenido que encontramos en él -violencia, palabras malsonantes, sexo, miedo, uso de drogas…-, con una indicación destacada en las carátulas de los juegos, algo que no sucede con las películas”.
Otro psicólogo contrapone su visión ya que: “Nosotros crecimos llorando con Marco o viendo la relación de Heidi con su abuelo. Hoy, nuestros jóvenes tienen como referencia a youtubers que, a salvo en sus habitaciones, explican cómo matar en Fortnite, o cómo hacer en GTA para tener relaciones sexuales con una mujer en un coche y luego pegarle un tiro para quitarle el dinero. El 99% de los videojuegos consisten en matar, patear, reventar, asesinar… Y encima les dan puntos por ello. La mayor parte de los jóvenes saben discernir, pero perciben demasiada violencia. Tenemos un ministro que nos alerta sobre la carne, pero nunca se hace nada contra estas multinacionales de los juegos”.
Tras la publicación de este artículo en El País la redes sociales clamaron de indignación por estos comentarios.
“Ya sabéis chicos, cuando un psicópata mate a una persona, culpad a Fortnite. No culpéis otros factores importantes como contexto de donde ha crecido, familias, traumas del pasado, homofobia, racismo etc. Nah: el Fortnite”, exponía un usuario
Y el ministro de Consumo, Alberto Garzón, por este último psicólogo citado retuiteaba: “Tras los episodios «La culpa es de las bandas latinas», «La culpa es de los Riazor Blues» y «La culpa es de la novia follonera», llega «LA CULPA ES DEL MINISTRO QUE NO LIMITA LOS VIDEOJUEGOS»”, que publicaba Manuel F.Herrador.
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