¿Cómo puede ser que una bandera que proclama el rechazo al nazismo sea vista como un acto de odio?
Una seguidora de Unionistas CF se enfrenta a una multa de 3.000 euros por mostrar una bandera antifascista. La Subdelegación del Gobierno de Salamanca ha decidido abrir un expediente, alegando que estos hechos representan una grave infracción. Su supuesto delito es haber incitado al odio. ¿A quién, nos preguntamos? Durante las temporadas 2020/2021 y 2021/2022, se propusieron 370 sanciones, solo tres de ellas por actos de racismo.
El pasado 3 de abril, la fiesta del fútbol se vio eclipsada por una controversia que dejó a muchos perplejos. Unionistas CF, el orgulloso equipo de Salamanca, recibía al venerable Deportivo de La Coruña en un vibrante duelo de tercera división que se sentía como de primera. Al calor de cánticos y aplausos, el estadio Reina Sofía se vestía de fiesta para la ocasión, pero la celebración se desvaneció en el minuto 30.
La Unidad de Prevención y Reacción de la Policía Nacional identificó a una seguidora local que exhibía una bandera negra con las siglas “FCK NZS” (un enfático rechazo a los nazis). Nuestra protagonista, una asidua del estadio que nunca había vivido algo similar, fue apartada de la zona de animación. ¿La razón? Según las autoridades, su bandera incitaba al odio. Pero, insiste ella, ¿odio hacia quién?
CONTRADICCIONES ULTRAS
Tras la denuncia, la Subdelegación del Gobierno en Salamanca ha propuesto una sanción de 3.000 euros, considerando que “tales hechos constituyen una infracción grave” en referencia al artículo 6.1 B de la Ley 19/2007 contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte. Este artículo prohíbe específicamente los mensajes que inciten a la violencia, o que amenacen, insulten o vejen a una persona o grupo de personas por su origen racial, religión, convicciones, discapacidad, edad, sexo, orientación o identidad sexual, expresión de género o características sexuales.
La Comisión Permanente Estatal contra la Violencia, el Racismo, la Xenofobia y la Intolerancia en el Deporte sería el órgano responsable de tener la última palabra sobre la propuesta de sanción, según la normativa vigente.
Según el Anuario del Ministerio de Interior, durante las temporadas mencionadas se propusieron 370 sanciones, de las cuales un 5% fueron impuestas a organizaciones. Andalucía, Madrid y Extremadura lideran la lista de regiones con más propuestas. Las infracciones más comunes incluyen participar en altercados, insultar o amenazar, y llevar material pirotécnico a los recintos deportivos. Pero, irónicamente, sólo tres sanciones fueron por actos racistas y ocho por exhibir banderas.
RECHAZO ANTE LA SANCION PROPUESTA
Erlantz Ibarrondo, el abogado de la aficionada sancionada, ha catalogado la propuesta de sanción como un “despropósito jurídico” que no se ajusta a la Ley 19/2007. Asegura haber presentado alegaciones, pero todavía no han sido tramitadas. “Si es necesario, acudiremos a la vía contenciosa administrativa”, advierte.
Los “Verracos”, los fervientes seguidores del club salmantino, han expresado su más profunda indignación a través de las redes sociales. “Hoy somos nosotras y nosotros, mañana puedes ser tú”, afirman en un comunicado que apela a la solidaridad ante este incidente, compartido por más de un centenar de perfiles ajenos al grupo de animación.
A pesar de los esfuerzos por obtener una respuesta de Unionistas CF, su posición ante los hechos aún es indeterminada. La seguidora penalizada confiesa haber recibido apoyo de una gran parte de la afición, pero teme tener que asumir la sanción. “Cuando llegó la carta, sentí que se me venía el mundo encima. No puedo, ni debo, afrontar una multa de 3.000 euros por mostrar una bandera en contra del nazismo”.
UN PASO ATRÁS EN LA LUCHA CONTRA EL ODIO
Lo que estamos presenciando no es solo una paradoja, sino un golpe a la lucha contra la intolerancia. ¿Cómo puede ser que una bandera que proclama el rechazo al nazismo sea vista como un acto de odio? Parece que nos encontramos en una encrucijada donde los gestos antifascistas son castigados en lugar de ser aplaudidos. Un tiempo extraño.
En este escenario, la seguidora de Unionistas CF se convierte en la inesperada protagonista de una historia que destapa las contradicciones de nuestro sistema. Mientras la xenofobia y el racismo se escabullen entre los resquicios de nuestra sociedad, ¿es correcto que una bandera antifascista sea sancionada? ¿Es este el mensaje que queremos enviar a las y los amantes del fútbol y a la sociedad en general?
Es momento de repensar nuestra legislación y nuestra comprensión de lo que realmente constituye el odio. Si no, corremos el riesgo de convertirnos en espectadores silenciosos de la ironía de castigar a quienes se oponen a la intolerancia. Porque si bien la bandera puede ser retirada, el espíritu de lucha contra la injusticia debe permanecer siempre en alto.
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