Un arzobispo de Brasil, concretamente de la archidiócesis brasileña de Belém, Alberto Taveira Correa, está siendo investigado por parte de la Policía de Brasil y el Vaticano por presuntos abusos sexuales después de que cuatro exseminaristas le hayan denunciado.
Según los testimonios de los denunciantes, el arzobispo utilizaba su poder para abusar sexualmente de ellos y tiene la costumbre de acoger a los jóvenes en su propia casa.
Los hechos tuvieron lugar entre 2010 y 2014, cuando los jóvenes tenían entre 15 y 18 años, en tres sitios diferentes de la casa arzobispal: en la capilla, en la sala de estar y en el dormitorio.
En la capilla las conversaciones versaban sobre la vocación religiosa, las de la sala de estar se enfocaban en la familia y las del dormitorio, donde tuvieron lugar los presuntos abusos sexuales, giraban en torno a intimidades, como orientación sexual, masturbación e incluso acerca de las medidas de los genitales de los aspirantes a sacerdotes.
Tal y como informa RT, en un reportaje realizado por el programa ‘Fantástico’ del canal de televisión brasileño Globo, un exseminarista señaló que: «Cuando me tocó en mi parte íntima, dijo que era normal, algo del hombre. Pero, así, yo no veía malicia, porque confiaba mucho, porque él era una autoridad, y yo no tenía experiencia. Pero eso se fue volviendo permanente y más agresivo. Ya al recibirme en la puerta me empezaba a golpear». «Conmigo fueron dos años, en promedio cada tres meses», añadió.
Otro exseminarista indicó que: «En mi caso, hubo un momento en que él mismo me bajó los pantalones, porque yo estaba perplejo, conmovido y también rezando». «Yo [me desnudé] primero. Luego él. Eran oraciones para sanar, inclinarse, abrazarse, y él se acostó en la cama y… se complicó», agregó.
El arzobispo de Brasil utilizaba su poder para abusar sexualmente de ellos

Las víctimas denunciaron los hechos a finales de 2017 y en 2018 ante otros dos sacerdotes de Belém, quienes en junio de 2019 examinaron los testimonios de los cuatro exseminaristas y escribieron una carta a José Azcona, obispo emérito de Marajó, conocido por su lucha contra el abuso sexual y la explotación de niños y adolescentes.
En agosto del 2019, los exmonagillos decidieron presentar una denuncia formal ante la Policía Civil y el Ministerio Público de Pará. Tres de los presuntamente abusados terminaron abandonando el seminario, mientras que el cuarto fue expulsado por motivos disciplinarios.
Aproximadamente un año después de que la Iglesia recibiera las denuncias, un representante del Vaticano viajó a Belém para investigarlas. Allí escuchó a los exseminaristas y a los sacerdotes que siguieron el caso, tras lo cual se reunió con el arzobispo Alberto Taveira.
Ahora, la investigación transcurre bajo secretario de sumario, mientras que el Vaticano ha enviado a una delegación a investigar los hechos.
Fuente original: Contrainformación
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