10 Oct 2024
DESTACADA, INTERNACIONAL

“Absolutamente emocionante”: El vídeo de un payaso haciendo reír a niños refugiados ucranianos 

Desde que el pasado 24 de febrero se iniciara la guerra en Ucrania, alrededor de tres millones de ucranianos y residentes del país se han visto obligados a abandonar sus casas para huir de la miseria y los peligros de los bombardeos.

Con el flujo migratorio emergido tras el estallido del conflicto en Ucrania miles de niños ucranianos han tenido que cruzar las fronteras hacia Polonia.

Las principales ciudades del país llevan semanas siendo asediadas por el ejército de Putin, mientras sobre todo niños y mujeres se refugian a la espera de poder salir del territorio.

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En este contexto, en el centro del caos, también ha surgido la parte más solidaria de la sociedad. Así lo muestra el vídeo compartido por la periodista Almudena Ariza, que el periodista Andrew Kimmel publicó el pasado día 12, donde dos payasos tratan de hacer reír a las familias de refugiados, mientras juegan y bromean con los más pequeños.

https://twitter.com/almuariza/status/1503773366653702146

El vídeo se ha viralizado en redes sociales. Muchos de ellos citaban el tuit conmovidos por la acción de estos dos activistas del proyecto The Dream Doctors:

https://twitter.com/anick77/status/1504065593179353090

La escena tuvo lugar en la frontera entre Ucrania y Moldavia. El objetivo de esta acción consistía en recibir a las familias con esta performance como símbolo de que la guerra se queda atrás.

En la frontera de Polonia con Bielorrusia siguen habiendo personas refugiadas: «Bajo cero y fuera del foco mediático» 

Las imágenes contrastan con las que se siguen viviendo en el mismo país con migrantes de otros orígenes.

Tras el estallido de la guerra en Ucrania los países de la Unión Europea cerraban un acuerdo político para otorgar una protección temporal a los refugiados que llegan desde Ucrania a través de una directiva de 2001 que será activada por primera vez.

Los Estados miembros daban luz verde a una legislación que fue aprobada después de las guerras de los Balcanes tras la desintegración de Yugoslavia pero no había sido activada hasta la fecha.

Esta permitirá facilitar las cosas a los ucranianos sea cual sea el Estado miembro donde se encuentren, un permiso de residencia, acceso al mercado laboral y a la vivienda y asistencia médica y social.

De este modo Polonia se ha erigido como punto de salida de la gente que huye de la guerra en Ucrania.

Sin embargo, «en la frontera de Polonia con Bielorrusia siguen habiendo personas refugiadas desde hace meses, a temperaturas bajo cero y fuera del foco de las cámaras», como bien recuerda el periodista Miquel Ramos.

«Hace 3 meses Polonia cerraba sus puertas a otros refugiados que huían de la muerte»

Apartir de noviembre de 2021 miles de migrantes se agolpaban en la frontera que divide Bielorrusia y Polonia – para intentar cruzar a Polonia – contrarrestado por un fuerte despliegue militar – 12.000 militares – con la pretensión de «defender la frontera», dijo el Ministro de Defensa polaco.

“En toda Bielorrusia, hay más de 10.000 personas que están listas para cruzar la frontera polaca”, dijo un portavoz del Gobierno polaco, que aseguró que “las fronteras polacas están siendo atacadas de manera organizada”.

«El gobierno polaco, con un fuerte discurso antiinmigrantes reflejo de una sociedad que mayoritariamente apoya medidas xenófobas, se ha visto reforzado frente a esta nueva crisis que ya se ha cobrado, al menos, seis víctimas mortales», explicaba en Contrainformación recientemente el politólogo y cofundador de la ONG The Health Impact, Pablo Sánchez.

«Debido a la situación en la frontera de Polonia con Bielorrusia, a partir de mañana 11 de septiembre a las 07.00 horas, se suspenderá el paso fronterizo en el cruce de Kuznica», dijo la Guardia Fronteriza polaca en Twitter.

En las imágenes ofrecidas por el portal bielorruso Zerkalo se podía ver cómo los policías polacos utilizan aerosoles con gas lacrimógeno para dispersar a aquellos que intentaban cruzar la frontera. Algunos refugiados emplearon palas, trozos de madera y señales de tráfico para destruir la alambrada y algunos recurrieron incluso a alicates para cortarla o a talar árboles.