«Nuestras sólidas políticas han sido fundamentales para que Australia tenga una de las tasas de mortalidad más bajas del mundo por COVID», ha declarado el primer ministro.
Ser un antivacunas le está saliendo caro a Novak Djokovic. Tras anunciar que le habían concedido la exención médica para poder disputar el Open de Australia sin haber recibido la vacuna frente a la COVID-19, el serbio tomó los correspondientes vuelos antes de la última escala que le llevaría de Dubái a Melbourne.
Sin embargo, el Gobierno australiano se plantó y negó la entrada en el país para no vacunados con exención médica, invitándole a regresar a casa lo antes posible, o sea, hoy.
Las autoridades del gobierno Australiano exigirían al tenista que justificara las razones por las que fue concedida la exención. “Estamos a la espera de su presentación y de las pruebas que nos proporcione para respaldar su exención. Si esas pruebas son insuficientes, no se le tratará de forma diferente a los demás y estará en el siguiente avión de vuelta a casa”. No fueron presentadas.

Haber pasado el Covid como prueba
Ahora, los abogados del tenista han anunciado una demanda federal que anule decisión tomada por la frontera australiana, que ha considerado insuficientes las pruebas aportadas por el número uno mundial para entrar en un país en el que ya estaban esperando todo su cuerpo técnico: el entrenador Goran Ivanisevic y el fisioterapeuta Ulisés Badio.
Y es que la exención que había presentado Nole para jugar el primer grande era haber pasado otra vez el Covid en los últimos seis meses por lo que no requería de la vacuna obligatoria para el resto de participantes.
Nadie está por encima de las reglas
El Primer Ministro de Australia, Scott Morrison, también ha dado explicaciones a través de sus redes sociales. «La visa del señor Djokovic ha sido cancelada. Las reglas son reglas, especialmente cuando se trata de nuestras fronteras. Nadie está por encima de estas reglas. Nuestras sólidas políticas fronterizas han sido fundamentales para que Australia tenga una de las tasas de mortalidad más bajas del mundo por COVID, seguimos estando atentos».
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