Estados Unidos reveló este miércoles los resultados de una investigación que muestra la muerte de cientos de niños indígenas en internados dirigidos por el Gobierno del país.
Deb Haaland, secretaria de Interior y del Gobierno de Joe Biden y la primera indígena en formar parte del Gabinete estadounidense, dio a conocer los primeros resultados de la investigación puesta en marcha por su departamento sobre estos internados, que funcionaron en Estados Unidos desde 1819 hasta 1969.
Según las primeras conclusiones, cientos de niños murieron en estos internados de “asimilación” repartidos por 37 estados del país, aunque podrían ser muchos más, a la vista de las primeras averiguaciones.

Así, el informe explica que muchos de los fallecidos fueron enterrados en sitios sin marcar lejos de los asentamientos de sus tribus. De momento, se han localizado 53 zonas de enterramientos en la red, pero se espera encontrar muchas más, ha noticiado la Agencia EFE.
Cuenta además que en muchas ocasiones los internos eran sometidos a trabajos forzosos y educados al estilo militar o que tenían prohibido, bajo amenaza de duros castigos, hablar en sus lenguas propias o practicar sus religiones.
“Procedo de antepasados que sobrevivieron los horrores de las políticas de asimilación llevadas a cabo por el mismo departamento que ahora dirijo. Ahora, podemos ayudar en el esfuerzo de recuperar la oscura historia de estas instituciones que persiguieron a nuestras familias durante tanto tiempo”, dijo Haaland.
Añadió que las consecuencias de aquel sistema y el “trauma intergeneracional” que provocaron son “innegables y “desgarradoras”.
Por su parte, el subsecretario responsable de Asuntos Indígenas, Bryan Newland, señaló que el informe abre la oportunidad de reorientar las políticas federales para revitalizar las prácticas culturales y linguísticas que el gobierno estadounidense trató de destruir durante dos siglos.
El programa federal «desplegó métodos sistemáticos militarizados de alteración de la identidad para tratar de asimilar por medio de la educación» a los niños de comunidades nativas, en particular dándoles un nombre anglófono o cortándoles el cabello.
Deborah Parker, de la coalición nacional de sanación de los nativos americanos internados en esos centros, destacó las consecuencias devastadoras a largo plazo de estas escuelas.
«Después de generaciones, aun no sabemos cuantos niños estuvieron allí. Cuántos niños murieron, cuántos niños estuvieron asustados de por vida por estas instituciones federales» dijo Parker en una rueda de prensa.
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